martes, 5 de agosto de 2008

22.- Nueva Zelanda, yo soy la isla sur.

En esta época del año, por estas tierras amanece a las 7:00 y anochece a las 17:00, así que para aprovechar la luz del día nos levantamos a las 6:30, desayunamos muy fuerte, zumo, fruta (kiwis, manzanas, peras…), huevo frito con bacon o sandwiches de jamón y queso, vuelta y vuelta por la sartén, café con leche y galletitas de chocolate. Ya estamos preparados para realizar el walk matutino (siempre que podemos de 2 o 3 horas), una vez quemado parte del desayuno, enrutamos hacia los puntos de interés que nos marca el planning del día. Sobre las 13:00 hacemos una pequeña paradita, siempre en parajes alucinantes para tomar una cervecita con papas fritas, cacahuetes o pistachos, mientras contemplamos, las montañas, bosques, lagos, ríos, costas, vacas, ovejitas, ciervos…. Continuamos con el planning del día, puntos de interés, trekkings o lo que surja por el camino. Ya a las 20:00 horas y totalmente de noche, localizamos un buen sitio para pasar la noche, nos preparamos una deliciosa cena, carne (que por aquí es muy buena y barata, a ver, con tanta vaca!,. verduritas, fideos chinos, ensaladas y por supuesto alguna que otra sopa o crema de sobre. Y siempre que podemos con un buen vino, que me ha sorprendido lo rico que esta por estas tierras. Una vez recogida la cocina, procedemos al ritual de escribir nuestro diario, planear la ruta del día siguiente y jugar la partiditas de cartas a la escoba, que a estas alturas ya le debo a Oscar 6 horas de masaje, puffff!!!
También tenemos nuestra rutina con la música. En Argentina sabiendo que íbamos a pasar tanto tiempo en el coche, compramos unos cd’s y en una tienda de 2a mano por estas tierras nos hicimos con otros pocos. Y el campeón indiscutible de esta aventura, no podía ser otro que “Aventura”, en cualquier momento nos marcábamos una bachata en medio de la naturaleza. Mientras conducíamos, Aerosmith, Mana, Fito, Calamaro y The Cars, para la cena y las partiditas de cartas Pimpinela (no sabéis el juego que me ha dado y lo desquiciado que ha terminado Oscar, je, je), para dormir Simple Red, y para levantarnos, desayuno y empezar en día con buen pie una buena ración de Aventura. Nos propusimos escuchar la radio 1 hora al día por eso de hacer algo de oído para el ingles, pero nada, que somos unos auténticos negados, y además aquí hablan muy raro!!!!


Tres horas de ferry nos llevaron de la Isla Norte a La Isla Sur, llegamos a Picton a las 22:00 asíque localizamos una especie de parking a las afueras de la ciudad para pasar la noche, y al día siguiente vamos a la gasolinera donde hemos quedado para hacer el cambio de furgoneta. Un jaleo porque llueve mucho y hacemos el traspaso de todas las cosas, cacharros de cocina incluidos (con lo limpitos que los teniamos, como "pa" dejarlos!), cuando ya estamos mas o menos apañados le decimos a la chica « we have a new problem », y le enseñamos el tornillo clavado en la rueda y como no pone mala cara, va Oscar y le suelta « sorry, but is your new problem », je, je.



Nos vamos hacia el sur por la costa este, y al poco de pasar Clarence , llegamos a una enorme colonia de focas al lado de la carretera, no podemos dejar de observar como se divierten las crias, y mientras sus padres todo repanchingados en las rocas. Pasamos la noche en una bahía cerquita de allí. A la mañana siguiente desayunamos con vistas al mar y a las focas, una chulada !!!!
Hacemos una pequeña caminata para ver una cascada, en cuanto nos metemos en el bosque empezamos a oir ruidos raros y para nuestra sorpresa nos damos cuenta que estamos rodeados de focas, muy curioso verlas entre los arboles, al llegar a la cascada nos quedamos sin palabras, están todas jugando en la poza, nos acercamos y no se asustan, sienten curiosidad por nosotros y se acercan, lo flipamos muchísimo, nos quedamos atontados allí parados sin poder dejar de mirarlas. Como dice Oscar, esto es lo mas cerca de la intimidad de la naturaleza que jamás hemos estado, nos sentimos auténticos mirones !!!

Todavía flipándolo continuamos nuestro viaje, ahora por la costa norte, llegamos al Parque Nacional Abel Tasman donde teníamos intención de hacer una caminata, pero lo vemos tan turístico que seguimos hasta Port Poponga, o eso creemos porque ya está muy oscuro, nos metemos por un caminito secundario para pasar la noche y no tenemos muy claro donde estamos. Al amanecer descubrimos que estamos cerca de Cape Farawell y hacemos una caminata hasta el faro donde hay unas vistas muy bonitas del Farewell Spit (todo arena) queremos ir a andar por allí, pero llueve mucho y hace un viento tremendo, asíque muy a nuestro pesar nos damos la vuelta. Nos dirigimos al Parque Nacional Abel Tasman, esta vez por la parte norte, una zona de costa muy bonita, y nos acercamos a contemplar sus playas.

Continuamos a Motueca, que hay que hacer compra, una vez llena la despensa y el deposito, nada nos detiene y podemos volver a perdernos en la naturaleza, je, je. De allí fuimos hacia St. Arnauld, y en un puesto de información del DOC, nos hacemos con un panfleto donde marca todos los camping DOC de la isla, no os podeis imaginar cual valioso es este documento para nuestra economia y bienestar. En el lago Rotoiti hacemos una caminata muy bonita por el bosque y orillas del lago. En el camping DOC hay una caseta con cocina y agua caliente, aprovechamos para hacer la colada, teníamos intención de pasar la noche allí pero sin pagar, el caso es que empieza a nevar muchísimo, en pocos minutos está todo cubierto, asíque nos acojonamos y decidimos ir al puesto de informavion del DOC a registrarnos, mas que pagar por pasar la noche, pagamos para que alguien nos venga a rescatar mañana, je, je. Total, que somos unos alarmistas, porque al poco para de nevar y salimos a dar un paseo, está todo precioso con la nevada, imaginaros, el lago, el bosque, las montañas...

En ruta hacia la costa oeste, parada en el lago Rotoroa y continuamos, a pocos kilómetros nos empieza a seguir un coche de la policía, como en las películas, así que paramos a un lado de la carretera, nos pide la documentacion, y mientras se la damos con cara de inocentes le preguntamos « what is de problem ? » y deduzco por los gestos de las manos, más que por su parrafada, que hemos invadido el carril contrario al tomar alguna que otra curva, asique con voz de inocentes y sumisos le explicamos que tenemos « be careful », que hay mucho « ice »y « frosty » en los bordes de la carretera que lo hacemos por « precaution », que somos muy « prudent », el poli nos dice que eso son 200$ de multa, asique ponemos mas cara de buenos y seguimos repitiendo que nosotros « be careful », le debemos resultar muy graciosos o tontos, el caso es que al final no nos pone la multa, pero nos da un panfleto para que lo estudiemos y nos explica que en este país está prohibido hacer tal y cual. Pero que maja es la gente de aquí !!!!

Seguimos hasta Cape Foulwind para ver una colonia de focas y hacer una caminata hasta el faro, pero la lluvia y el viento nos lo impiden, decidimos pasar la noche en el mismo parking, que tiene un monton de letreros donde pone bien claro que allí no se puede acampar, pero con este tiempo, quien carajo va a venir a echarnos ? Vemos un montón de kiwis (pájaros) que nos merodean la carabana, creo que esperan que les demos las sobras de nuestra cena, apañados van !!! Pasamos una noche horrible, el viento nos mueve la carabana y tenemos pesadillas de terminar en el mar arrastrados por un tornado y de que se volaba el techo y nos quedabamos a la intemperie, puffff, que angustia !!!! por un momento siento la necesidad de pagar camping a partir de ahora, como os podéis imaginar, este sentimiento no duró mucho.

Continuamos la ruta hacia el sur, con una paradita en Punakaiki para ver las rocas en forma de pancakes y blowholes. En HoKitika nos desviamos para ver el Hokitika Gorge, un río, un puente y poco mas (igual en verano es la leche, por la cantidad de carteles que hay anunciandolo), por el camino hay un monumento porque un granjero se vovió loco y se cargó a un montón de gente (mi inglés es malísimo, pero creo entender que hicieron una pelicula muy famosa de esta historia).
Pasamos por Ross, famosa porque alli se encontro la pepita de oro mas grande de NZ (2,7.. kg), es un poco pueblo temático, simula como fué en época de la fiebre del oro, incluso por 6 $ te alquilan un barreño para que vayas al río a ver que encuentras, vamos, una chorrada !!!
Continuamos hasta el lago Mapourika donde pasamos la noche y al día siguiente visitamos los glaciares Franz Josef y Fox, con sus respectivas caminatas, nos quedamos por los alrededores dando vueltas ya que hay sitios que tiene unas vistas preciosas de los nevados y los glaciares.

En Bruce Bay paramos a contemplar como rompían las feroces olas con una preciosa puesta de sol y a orillas del lago Paringa hicimos noche.
Al día siguiente vemos el lago Moeraki y mas adelante paramos en una playa muy chula donde hacemos una pequeña caminata y nos lo pasamos pipa haciéndonos fotos con los troncos arrastrados por las olas. Continuamos hasta Wanaka, parando por el camino para hacer unos miniwalk y ver unas cascadas, desde allí a Queenstown, pasando por Cardrona, que es una pista se esquí, pero no pudimos subir porque no tenemos cadenas, el trayecto es muy bonito, es como cruzar un puerto y arriba del todo unas vistas preciosas del gran valle a nuestros pies rodeados de enormes nevados, pero como hace un frío del carajo apenas nos entretenemos y vamos a Arrowtown, otro pueblo famoso en el siglo pasado por el oro de su río, muy mono el pueblo, pero muy turístico, ahora la verdadera mina son los deportes de riesgo.
Queenstown es muy bonito, con su lago y sus montanitas, parece un típico pueblo de estación de esquí, con mucho movimiento, juventud y casi todos con su tabla de snow bajo el brazo. Pasamos la noche a 11 Km de allí, a orillas del lago Wakatipu, con las montanitas de fondo, muy bonito.



En ruta hacia Glenorchy y una vez mas el paisaje nos sorprende, fijo que por aquí pasaron "Los señores de los anillos", pasado Glenorchy seguimos y seguimos buscando algo que no acabamos de encontrar, el caso es que finamente llegamos hasta el "Dark River" muy anunciado, supongo
que será otra de las actividades raras que se pueden hacer, pero no descubrimos en que consiste, así que nos vamos hacia el famoso track Routeburn que se hace en 3 o 4 días, nosotros solo andamos durante un par de horas por un bosque muy cerrado y lleno de musgo, nos encanta!!!
Volvemos a Queenstown para probar el fish & chips que me sorprende lo rico que esta, aunque tiene todas las papeletas para que sea fish del lago o congelado Osquitar no se arriesga y come un hot dog sin pan y pinchado en un palo.
Vamos dirección a Kingston y volvemos a dormir a orillas del lago Wakatipu (es que los lagos de estas tierras son enormes).


Al llegar a Te Anau, nos informamos sobre el estado de la carretera para llegar a Mildford Sound, que en esta época del año puede estar cortada, tenemos suerte, así que llenamos el deposito y la despensa, por si acaso. Hacemos el trayecto de 120 Km en 4 horas, nos vamos parando en todos los sitios que puedan tener algo curioso, los últimos 30 Km son alucinantes, paredes verticales, nieve y saltos de agua por todos lados. En Milford Sound no hay nada mas que un par de hoteles y los barcos para hacer el crucero por los fiordos, como esto cuesta unos 65$ no lo tenemos muy claro, allí no encontramos ningún sitio para pasar la noche desapercibidos así que nos volvemos por la misma carretera (no hay otra) y pasamos la noche donde comienza el track Routeburn, a la mañana siguiente hacemos el trekking Key Summit que es la 1a parte del Routeburn, el camino tiene muchos obstáculos con troncos caídos y la parte final esta toda nevada, ya no se ve el camino y la nieve nos llega hasta las rodillas, queríamos dar la vuelta a la cumbre pero se nos complica demasiado, empieza a llover y viene la niebla, nos damos por satisfechos con las vistas que tenemos desde allí y nos damos la vuelta.


Volvemos a Milford Sound para hacer el crucero que he descubierto que enseñando las llaves de la autocaravana nos dan un 2X1. Nada mas montar en el barco nos encontramos con un grupo de españoles muy majetes, nos hace mucha ilusión por fin poder hablar con alguien mas de dos palabras seguidas. El paisaje de los fiordos es muy bonito, ahora bien, no le preguntéis a Oscar porque imaginaros, pilló por banda a Felix, uno de los españoles que también le fascina viajar y no paró de hablar durante las dos horas que duró el crucero, je, je
Volvemos por la misma carretera de 120 Km y otra vez parando en un montón de sitios, sobre todo cuando vemos un walk por el bosque, nos fascinan los bosques.
Ya pasado Te Anau nos desviamos un poco para pasar la noche a orillas del lago MonoWai.

A la mañana siguiente dimos un paseo precioso, orilla del lago, bosque de duendes, rios cristalinos…Esto es una maravilla! Una vez estiradas las piernas, hacia la costa sur, donde hacemos un par de paradas en miradores (pero poco tiempo que hace un viento que te c…) para contemplar las preciosas vista de la extensa costa, luego otra paradita en Monkey Island (un lugar famoso por unos videojuegos o algo así). De allí a Invercargill, donde llenamos la despensa y vamos a internet para asegurarnos que en la otra punta del mundo todo esta bien. Se nos hace tarde, noche cerrada y llueve, buscando un sitio donde dormir terminamos en Bluff, que es un pequeño pueblo con un gran puerto, el único motivo de llegar hasta allí es para pasar a Stewart Island, pero nosotros nos conformamos con verla desde lejos mientras hacemos nuestra caminata matutina, vamos a Stirling Point Sing, un poste que marca la dirección y distancia a las principales capitales del mundo.



De nuevo en la carretera de la costa sur, paramos en Waipapa Point donde hay un faro, al bajar a la playa nos encontramos con dos leones marinos, jugando, peleando o de cortejo, no lo tenemos muy claro, eso si, es un espectáculo chulísimo que nos hipnotiza totalmente, solo la lluvia nos saco de nuestro trance.
Continuamos hasta Curio Bay, allí hay unos fósiles de 160 millones de años, del parque jurasico, un bosque fosilizados, debe ser la leche, pero como no entendemos, pues no dejan de ser un montón de rocas, bastantes aburridas si las comparamos con las focas, je, je


Ese día llegamos a McLean Fall a pasar la noche, y los días siguientes continuamos la ruta parando para disfrutar de diversos parajes, en Lake Wilkie, Purakaunui Falls, Cannibal Bay, Nugget Point, Roaring Bay…, en este ultimo, había una especie de caseta camuflada desde la cual pudimos ver a lo lejos a los pingüinos de ojos amarillos, considerados los mas raros del mundo.





Continuamos por la costa, ahora costa oeste hacia el norte, pasamos por unas playas chulísimas y llegamos a Dunedin, allí paramos para coseguir un poquito de información e irnos a la península de Otago, paramos en la playa de Sandfly Bay, al principio creemos que estamos solos, pero de repente aparece en la orilla un elefante marino, o eso creemos porque es grandísimo, yo me asusto, pero se deja hacer unas fotos y poco a poco empiezan a aparecer mas y mas. Al final de la playa hay un escondite para ver los pingüinos, pero la marea esta alta y los leones, focas y elefantes nos impiden el paso, aun así, cuando ya nos íbamos a retirar, vimos como a pocos metros, una pareja de pingüinos sale del agua, atraviesa la playa, sube por la enorme duna y se mete en la maleza para encontrar su nidito, es increíble!!!
En Sandy Mountm pasamos la noche, hace mucho viento, pero aquí debe ser normal porque el tronco de los árboles están mas en horizontal que en vertical.
Por la península de Otago hacemos varias caminatas que nos llevan a acantilados que dan miedo (en este viaje Oscar supera su vértigo por narices), paseamos por sus playas, contemplamos gran variedad de aves, sobre todo albatros, ya que aquí se encuentra la única colonia de estas aves en tierra adentro del mundo.


Continuamos por la carretera de la costa hacia el norte, y la siguiente parada es en Moeraki Boulder, grandes y curiosas piedras esféricas en la playa, fotos de rigor, paseito por la playa y a Oamaru, a ver los pingüinos de ojos azules, como hay que pagar nos vamos a ver los pingüinos de ojos amarillos que son gratis, desde un alto los vemos cruzar la playa, esconderse entre la maleza y para nuestra sorpresa aparecen a nuestros pies, increíble y muy divertido verles como escalan hasta aquí.

Abandonamos la carretera de la costa y nos dirigimos hacia Duntroon que hay unas “rocas elefantes” (algo que ver con las Cronicas de Narnia) y una ballena fosilizada (in situ), pero es muy tarde y no conseguimos ver nada, asique llegamos hasta Omarama donde hay un camping Basico DOC al lado de un rio, hay una puerta cerrada, pero no tiene candado y se abre facilmente, asique para alla que vamos!!!

Menuda helada ha caído esta noche, no funciona la ducha, la cañerías están congeladas, así que lavado del gato y a por el Monte Cook. Allí está todo nevado y helado, hacemos una caminata de una hora chulísima por un bosque y como da el solecito de esta de lujo, aunque nos empapamos ya que la nieve de los árboles se esta derritiendo y parece que el bosque tiene goteras por todos lados. De vuelta paramos en los lagos Pukaki y Tekapo, el color del agua es muy bonito y como estamos rodeados de montañas nevadas las vistas son preciosas. Llegamos hasta Peel Forest donde pasamos la noche y a la mañana siguiente otra vez helada y sin ducha, pero no nos importa porque disfrutamos de un magnifico desayuno al solecito y vamos a hacer una caminata por un monte-bosque hasta una cascada. Que felices somos! Aún sin ducha, indudablemente pocas veces disfrutaremos de tanta calidad de vida como la de estos días.

Ahora tomamos la Inland Scenic Route hacia el Mount Somer, descubrimos que por allí se va al Monte Sunday y Pott, que era la ciudad de Edoras en el Señor de los anillos, así que vamos en su busca, parando en distintos lagos que están helados y nos lo pasamos pipa tirando piedras y rompiendo el hielo, como si tuviéramos 8 años, con las manos y los pies congelados pero sin poder parar de hacer el canelo. Disfrutamos de una estupenda cerveza contemplando Edoras y como veréis sin poder dejar de hacer el ganso.

Ya de noche llegamos a Sheffield, donde paramos a echar gasolina y la dependienta se pone muy contenta al saber que somos españoles y no para de decir “nice Spain” “nice Spain”, nos aconseja que pasemos la noche en el siguiente pueblo, Springfield (me dan ganas de preguntarle por los Simpson), que allí hay buenos sitios para comer y dormir, que con este frío la cosa es seria, le damos las gracias, pero esta no sabe lo cutres que somos, je, je. Y pasado Springfield encontramos un merendero estupendo donde pasar la noche de estrangis entre unos árboles.

Esta noche no ha helado, sino que ha nevado, por fin tenemos ducha!!! Carretera hacia Arthur’s Pass, el paisaje precioso con las montañas nevadas y los lagos helados. Allí hacemos un walk por un supuesto bosque de hayas, aunque yo solo veo pinos, pero no importa porque es una chulada, el bosque esta muy cerrado y todo nevado, nos da la impresión de ver la vida en blanco y negro, muy curioso!




De vuelta, paramos en Mt. Thomas Forest, donde hay un camping DOC, que aunque no tiene agua, tiene buenas caminatas para hacer al día siguiente.
Así que, caminata por el monte Thomas y dirección a Chistchurch con una paradita para descansar en Kaiapo, al lado del río, y se nos acercan los patos como locos a ver que les damos de comer. Oscar había comprado unas chuches chinas, que saben a rayos, imaginaros lo malas que están que después de tres semanas siguen por la caravana, eso si que es raro, el caso es que se las damos a los patos y ni siquiera ellos las quieren, algún intrépido que osa a comerlos, empieza a hacer cosas muy raras, así que nos vamos antes de que vengan los de Greenpeace.

Llegamos a Chistchurch, allí paseíto por el jardín botánico, visita a la catedral, en la plaza vemos como juegan un ajedrez gigante, tomamos un helado natural de frutas del bosque, que esta riquiiísimo!!!!, pasamos por una calle de casas de color pastel (algo que ver con los españoles y las misiones, no lo tengo muy claro), paseito por Victoria square, muy bonito Chistchurch, pero en medio día esta todo visto, así que nos vamos a la península Banks a pasar la noche en un merendero a orillas del lago Forsyth.
Nos recorremos la península por pistas de tierra, disfrutando mucho del paisaje, bahías, ovejitas, prados….


A la noche nos ponemos como locos a buscar un “dump” (para las aguas sucias) y un sitio donde dormir, damos un montón de vueltas y sin querer terminamos en Kaiapo, donde ayer casi envenenamos a los patos, allí que nos quedamos. Es sábado y a media noche aparece un borracho que se pega una leche tremenda cruzando el río, empieza a decir “ fucking…, fucking…. fuking…” y nos tira una piedra, Oscar grita “ Oye, qué pasa?” en el mas puro estilo madrileño, y el tío sale corriendo, no se si será el bigote o las rastas, pero Osquitar empieza a imponer por estos lares, je, je

Hoy es nuestro último día por estas tierras, así que día de limpieza, reconstrucción de mochila y terminar los viveres. Preparamos un montón de sandwiches para la gran espera en el aeropuerto.
A las 17:00 devolvemos la autocarabana con mucha penita, nuestros hogar de 6m2 (ya estamos preparados para las viviendas que ofrece La Espe a los jovenes), chequean la furgo de arriba a abajo, la miran y que te remiran, y como hemos sido buenos chicos no tenemos ningún problema, y un coche de la agencia nos acerca al aeropuerto q esta a 2 km.

Nuestro avión no sale hasta las 5:00, así que a hacer tiempo, nos ponemos a escribir y le pregunto a Oscar por las dos bolsas de comida (sandwiches, chocolate, galletitas, papas fritas…) Horror!!! Cunde el pánico!!! Se nos olvidó en la autocaravana, qué hacemos?? Vamos a por ello? No, mejor llamamos que “pa eso semos bilingues” je, je. Y no nos preguntéis como lo hicimos, pero el caso es que a los 10 min, aparece un chico de la agencia de rentar con nuestras bolsas de comida, esto es alucinante!!!!

Seguimos hacienda tiempo, jugando a las cartas, comiendo, escribiendo, echando cuentas y sobre todo echando de menos nuestra autocaravana, sniff, sniff!

En un momento dado, sin ningún pudor nos tiramos en el suelo a dormir, y al rato nos damos cuenta que hay mucha gente en nuestra situación

Por fin a las 3:30 podemos facturar, así que volvemos a montar el pollo a la hora de empaquetar nuestro equipaje. Un poco de tensión porque no tenemos vuelo de salida de Bangkok, pero bendito billete de Paris-Madrid (eh?, Chema).
Tras cuatro horas de vuelo llegamos a Melbourne, allí tenemos que esperar 6 horas y por un momento se nos había ocurrido visitar la ciudad, pero estamos tan cansados que nos quedamos por ahí tirados contemplando un gran espectáculo, estamos rodeados de numerosos grupos de jóvenes de diferentes países, que cantan, bailan y rezan. Creo que van a ver al papa a Sydney.Por fin en el avión a descansar, 9 horitas mas nos llevan a Bangkok, otro mundo!!!!

21.- Nueva Zelanda, yo soy la isla norte.

Nuestro paso por Nueva Zelanda en autocaravana junto con la barrera del idioma y lo despoblado de estas tierras nos ha dejado una impresión de como si la hubiéramos sobrevolado en globo, como si fuéramos en una burbuja que nos impidiera sentir el tacto de su gente, de los kiwis. Así que tipo el "Tío Matt" de los Fraguel Rock cuando salió al aborigen del mundo exterior, hemos sacado unas impresiones de este país que no sabemos si se acercan al 100% a su realidad, pero no obstante a continuación os las vamos a relatar.


Los neozelandeses tienen un problema con los Possum.



De una manera misteriosa, en comparación con el despliegue de medios a que nos tienen acostumbrado en estas tierras, todos los puentes de las carreteras, que son muchos, son de un solo carril. Quizá la probabilidad de que se crucen 2 coches en uno es mínima, debido al elevado numero de kilómetros de carretera por habitante, y de ser este el motivo, nosotros somos la excepción que confirma la regla y nos hemos salido de lleno de la "Campana de Gauss", siempre "Give way".



Intuimos que los neozelandeses son muy vagos a la hora de ir al supermercado, les pilla lejos de casa o forman familias numerosas, pues el jamón york al igual que el queso de barra se vende en kilos, las salchichas en bolsas, el zumo en botellas de 5 litros, las cervezas en paquetes de 18 latas,... que faena!!!



Aquí la naturaleza lo es absolutamente todo, lo absorbe todo. En nuestro paso por aquí nos hemos sentido como una hormiguita en medio del desierto y eso que solo hemos visto el hall de lo que muestra ser.



Yo como experto acreditado en lagos naturales (glaciares), os diré que cualquier referencia que traigas a estas tierras sobre ellos se queda obsoleta y ridícula, aunque me cueste reconocerlo.



Puedo asegurar que en estos bosques completamente verdes, llenos de musgo y vegetación, existen elfos, hadas y duendes aunque aún no los haya visto. Nunca pensé poder estar en un bosque de cuento, existen!!!



El nivel y la calidad de vida aquí parecen altísimos, inconcebibles para nosotros. Todo el mundo parece disfrutar de mucho ocio y de la naturaleza.



Por el contrario decir, que aquí la vida parece un tanto ‘aburrida’. Le falta el contacto de tú a tú, la convivencia y la alegría. Un chico español de 15 años se moriría del asco, mucha naturaleza y ocio pero no solo de pan vive el hombre, y las mujeres? y los colegas?... (quizá esta impresión puede estar un poco afectada por ser invierno).



En cualquier ‘walk’, ‘track’, ‘trekking’ o ‘crossing’ de minutos, horas o días, encontraras mas facilidades que en un paseo por el Retiro. Estés donde estés, en la ciudad o alejado horas de la civilización, siempre encontraras un ‘toilet’ limpito y con papel higiénico del suave (ni que decir tiene, que gratis). En la naturaleza, antes de que te entren ganas de hacer cualquier tipo de necesidad te encontraras un buen baño para ello. Y en las ciudades, te encontrarás en las calles una especie de ascensor/nave espacial todo robotizado que te dispensará todo lo que necesites con tal de aproximar la mano y te amenizara tu estancia con música relajante, perfumes, climatización (calefactor para que no se te quede frío el culete) y flores, eso si, procura no tardar mas de 10 minutos.



Los neozelandeses saben cuantificar el tiempo que se invierte en las caminatas por el monte. Al contrario de lo fanfarrones que somos en España (siempre decimos que tardamos menos de lo que realmente lleva) y de lo impreciso de los latinoamericanos (que no tienen noción de él), en Nueva Zelanda cuando dicen que se tarda 20 minutos en hacer algo, se tarda 20 minutos o menos en hacerlo con su retorno y sus correspondientes paraditas para fotos.



Aquí todo el mundo posee cuanto menos una autocaravana. Este país esta pensado para disfrutarlo en caravana, te encontrarás todo tipo de comodidades y facilidades para ello. Bueno en verdad esta pensado para que disfrutes de todo. Casi todo el mundo posee un bote, un 4x4, un coche clásico o una moto pintona. Hay actividades de ocio, riesgo y aventura de todo tipo, se puede hacer todo lo que se te pase por la mente, ‘rafting’, ‘puenting’, ‘parapenting’,... son cosas menores en este pais. Todo se puede hacer.



Las condiciones laborales no son peores. Los pastores pastorean en Quads y a los perros los llevan en remolques para que solo trabajen cuando sea necesario.



En cambio la mayoría de las casas no son gran cosa (por fuera), son semiprefabricadas, modulares. Aquí un monumento histórico de interés turístico es una casa de 100 años de piedra o ladrillo.



100.000.000 de ovejas, 40.000.000 de vacas y 4.000.000 de neozelandeses. Aquí gobierna una minoría. Habrán visto rebelión en la granja?



Que cívicos los neozelandeses. En el supermercado, el mejor carril de los cajeros es para que te auto-cobres tú la compra. Que buena gente los del D.O.C. (Departamento para la Conservación de la Naturaleza), ellos se encargan de todo lo que engloba la naturaleza y te dan todo tipo de facilidades para que la disfrutes. En los campings dejan un buzón para que abones tú estancia voluntariamente.



Aunque la existencia de estas tierras es conocida desde hace mucho, no es hasta la llegada del Capitán James Cook en 1769 cuando se condujo a la colonización de Nueva Zelanda por parte de la corona británica. A partir de aquí le pusieron nombre absurdo a todo por el ansia de poseer (o quizá egocentrismo, quien sabe?), Arthur’s Pass, Nelson Lake, Mount Cook,... Más o menos viene a ser como si al Puerto Pajares le hubiesen puesto el nombre Andrés y Esteso una vez que pasaron por allí camino de una gira asturiana.



Los aborígenes Maoríes son unos tipos enormes, 2x2, tanto hombres como mujeres. Suelen tener la cara tatuada con motivos tribales, algunos completamente, y resultan un tanto feos o cuanto menos impresionan.



En 1840 los zugutus maoríes firmaron el tratado de Waitangi, un acuerdo con la corona británica que en la actualidad se considera documento fundacional de la nación. Por él se permitía a los británicos estar en las tierras y gobernar Nueva Zelanda, mientras los maoríes conservaban el control de sus tierras y recursos.



En la actualidad, pese a que no siempre se le han respetado los derechos de las tierras, los maoríes parecen integrados y acomodados en esta Nueva Zelanda de ‘todo calidad’ y los últimos años están siendo testigos de un renacimiento ‘maori’ y su cultura, tomando la sociedad consciencia de su condición particular de ‘pueblo de la tierra’.



En 1989 fue el primer país del mundo en declararse libre de actividades nucleares, toma ya!!!!!!



Y que es un possum?. Es una especie de conejo, mapache, gato, ardilla gigante,... yo que se!. El caso es que alguien lo trajo hace años de Australia y los introdujo en Nueva Zelanda y debido a la ausencia de depredadores naturales en estas islas (aquí los kiwis, pájaros, no necesitan alas para escapar), se les están llenando los bosques de ellos. Son feos y torpes, por la noche invaden todo y las carreteras están llenas de ellos aplastados, al igual que en España los mosquitos contra el parabrisas. El DOC tiene carteles informativos en todos los sitios sobre los daños que esta causando la plaga, dicen que van a acabar con los bosques, tienen una campaña muy fuerte y los bosques están minados de trampas para ellos.









Nos dejamos caer por Auckland sin tener absolutamente nada mirado o preparado para no variar, pero esta vez algo más justificado por lo incierto del destino hasta ultima hora. Pero no pasaba nada, teníamos las herramientas necesarias para afrontar los próximos días, improvisación, mucha, los útiles y concretos consejos de Mireia y Asier, el equipo avanzadilla (con los que pasamos Noche Buena y Navidad en Costa Rica), y el interesante blog con prácticos consejos de Asiasido, que impreso en mano sustituiría al ladrillo de la Lonely Planet. Muchas gracias chicos!!!!!




Al contrario de lo que presuponíamos los tramites en emigración resultaros ser simples y escasos, y la gente amable y servicial. En el aeropuerto nos dejo locos una chica de i-Site (que es una especie de oficina de información y turismo y agencia de viajes), a la que le explicamos mermadamente nuestras intenciones en Nueva Zelanda y pese a las múltiples complicaciones que se encontró, en unas horas nos tenía todo resuelto, autocaravana a full equip, hostel en Auckland y autobús público hasta la puerta, todo muy económico. La chica lo dio todo, cada complicación que le surgía: "Oh my God!, oh my God!", pero no desistía y al final sin que nosotros moviéramos un dedo nos solucionó absolutamente todo y encima a la carta. Vamos que a esa chica ya la quisiera yo para una empresa mía, y además higiénica, pues la autocaravana tenía que ser con ducha y no paró hasta que lo consiguió.




Así que, mientras esperábamos a la caravana para el día siguiente, le tomamos el pulso a esta nueva situación y visitamos Auckland, una ciudad interesante pero no para entretenerse mas de un día en nuestro caso. A primera hora de la mañana siguiente nos recoge en el hotel un tipo de la agencia de alquiler y nos lleva a por la autocaravana. Esta vez nos resultó un poco mas costoso cerrar todo el tema del contrato y seguros, pero a la chica no le falto paciencia y voluntad.




Misteriosamente resultó más fácil de lo pensado adaptarse a un coche grande, conducir por la izquierda y a nuevas señales de tráfico, pues variaban ligeramente. Pero sin problemas nos adentramos en un centro comercial, cargamos hasta las trancas la furgoneta y escapamos hacia esa Nueva Zelanda de naturaleza que tanto ansiabamos. Por el afán de querer verlo todo pusimos rumbo a Cape Reinga (Cabo Norte) por la costa este y empezamos a disfrutar de paisajes de montanas verdes cargadas de ganado. Después de un largo y duro día, y en vista de que se nos echaba la noche, decidimos parar en un camping de Waipu a pasarla. Esta noche improvisadamente hicimos un Master forzado sobre el funcionamiento interno de caravanas, debido a nuestra ignorancia absoluta sobre este mundo,"Como funciona esto?", "Y lo otro?", "Que pasa con el gas?", "y el agua?", "Y la electricidad?", "Oye!, que la taza del WC se llena pero no se vacía, je, je",… "Mierda, va a haber que leerse los manuales".




A la mañana siguiente, después de un gran desayuno y de abonar las tarifas del camping (escasos 10 euros), decidimos pasar a la clandestinidad, ya estábamos adiestrados para manejar esta nueva situación. A partir de ese momento nos retiraríamos a caminos secundarios, bosques profundos, bahías poco frecuentadas y playas ocultas, y cuando por algún motivo retornábamos a los campings o la civilización, rápidamente los abandonábamos sin dejar rastro de nuestro paso por ellos. Pusimos rumbo por la costa este, esta vez ya empezamos a disfrutar de múltiples paradas por sus innumerables bahías y retorcidas penínsulas, y de carreteras entre montañas cargadas de ganado, paisajes muy relajantes y bonitos. Vimos una costa cargada de embarcaciones de ocio ideales para disfrutar de sus preciosas bahías. Como era invierno por esos lares, se nos echó la noche enseguida pues el día es muy corto, y nos adentramos en la península de Karikari a pasarla. Aquí nos dimos cuenta de lo maravilloso que es el mundo de la autocaravana, uno decide con que paisaje acostarse y levantarse, y esta vez como otras muchas en el futuro, con una preciosa playa de fondo en la bahía de Matai.




A la mañana siguiente, rápidamente y con muchas ganas, hacia Cape Reinga a lo largo de la playa de 90 Millas, que en verdad no eran tantas. Nos desviamos para adentrarnos en una zona de dunas a hacer un poco el gamba, y sorpresa la nuestra, que al retornar a la autocaravana nos encontramos una pareja de españoles, alegría, charla, cervecita y hasta pronto!!! (estos llevaban 8 meses viajando en sentido opuesto al nuestro). En Cape Reinga aparcamos la furgo y andamos hasta el faro y desde allí continuamos con un trekking por el acantilado, descendiendo hasta la playa donde la marea nos impidió continuar (aquí el mar pega fuerte, pues se junta el Mar de Tasmania con el Océano Pacifico). Acampamos en la bahía de Topotopoto con vistas a una playa preciosa y tranquila. Antes de que se nos hiciera de noche dimos un paseo y recogimos unos bigaros para la cena de Ana.







A la mañana siguiente nos levantamos muy pronto, con ganas de disfrutar la playa antes de ponernos en ruta. Yo salí a correr a lo largo de la bahía mientras Ana hizo una intentona frustrada de baño, y de esta manera justificamos un buen desayuno con unas vistas aun mejores. Rápidamente nos ponemos en marcha, pues como siempre queremos hacer muchas cosas, recogemos a 2 alemanas que estaban acampadas en la playa para dejarlas posteriormente en las dunas (llevaban un año viajando por Nueva Zelanda). Después de enredar un poco por las playas y bosques de la playa de 90 Millas tiramos por la costa oeste hasta el Parque Waipoua Kauri donde llegamos de noche, pues perdimos el tiempo entre supermercados, tiendas y gasolineras.


El Parque de Waipoua Kauri es fundamentalmente un bosque de arboles Kauri que son muy importantes en la cultura Mauri, ya que los usan para hacer sus botes de una sola pieza debido a lo enormes y rectos que son sus troncos. A la mañana siguiente nos adentramos en el parque y recorrimos sus rincones, visitamos al abuelo del parque, subimos a miradores,… La verdad es que fue una mañana muy agradable por un bosque frondoso y peculiar, que estaba amenizado por el cantar de sus pájaros. Satisfechos, nos ponemos en marcha, pretendíamos darnos una pechada a kilómetros terrible hasta Rotorua, donde llegaríamos de noche. Como era viernes, las carreteras estaban repletas de gente ociosa dispuesta a pasar un buen fin de semana, mucho coche clásico, moto Harley Davidson y bote en el remolque.




Nuestro objetivo en Rotorua no era más que, por la condición de ser una ciudad grande, intentar conseguir un adaptador eléctrico para la autocaravana (de 12v a 220v) y de este modo poder cargar la cámara fotográfica y ser totalmente independientes (de los campings). Dicho y hecho, a la mañana siguiente ya nos habíamos hecho con el adaptador en una tienda de segunda mano. Ya que estábamos en la ciudad, aprovechamos para tomar contacto con la civilización, un poquito de internet (que es caro) y hacer las compras en el mercadillo de frutas y verduras del sábado. Esta zona esta llena de geiser, huele un poco a huevos podridos y en medio de la ciudad se puede ver salir los vapores en zonas ajardinadas. Ahora tocaba poner rumbo a Cabo Este por toda la costa, así somos de simples, de punta a punta. Ya atardeciendo, nos encontramos con una costa un poco más despoblada e íntima y en la bahía de Whanarua decidimos hacer noche.




Al día siguiente disfrutamos de paisajes costeros, según nos dirigíamos a Cabo Este. Allí tras atravesar una finca privada, subimos a un histórico faro. Mencionar que es curioso que en muchos "tracks" hay que atravesar fincas privadas, en la que un cartel te informa de ello y te pide solamente que respetes la intimidad de sus dueños, mientras que en otros lugares el oportunismo haría cobrar un peaje. Luego nos adentraríamos en carreteras serpenteantes de montañas con praderas verdes repletas de ganado (para no variar) hasta que volvimos a salir a la costa este. Al llegar la noche, tipo "Mad Max" empezamos a sufrir la ausencia de gasolineras en la zona, una vez resuelto (al limite), acampamos en la península Mahia para así poder explorarla al día siguiente.




Para no variar después de un gran desayuno, empezamos a enredar por los rincones de la península, con sorprendentes vistas a ambos lados de sus bahías, con acantilados blancos y playas negras, también echamos su tiempo por enormes praderas repletas de ovejas, infinitas. Después de todo esto, tocaba el interior, nos dirigimos al lago Waikaremoana en el Parque Nacional Te Urewera con intención de hacer un trekking en sus alrededores, pero muy a pesar nuestro, el tiempo no nos acompañó, la lluvia y la niebla nos quitaron las intenciones y nos privaron de apreciar los prometedores paisajes. No obstante, algo hicimos, llegamos hasta una bonita cascada y paseamos por la orilla del lago. Por larguísimas pistas de tierra, atravesamos el Parque del Bosque Whirinaki, terrible e inmenso bosque que nos llevó su tiempo cruzarlo, que bonito. Luego paramos a ver algún geiser más de camino y por fin llegamos a Taupo, agradable y acogedor pueblo a orillas del lago de mismo nombre, donde aparcamos la furgoneta para pasar la noche.







A primera hora de la mañana siguiente nos pusimos el chubasquero y dimos un paseo por la orilla del lago. Una vez bajado el desayuno, nos fuimos a la oficina de i-Site a informarnos de las condiciones meteorológicas del "Tongariro Crossing", que resultaron ser ideales para los próximos días. El "Tongariro Crossing" es una de las caminatas de un día (de 6 a 8 horas) mas bonitas que se pueden hacen en Nueva Zelanda (algunos dicen que en el mundo) ya que recoge paisajes muy diversos a lo largo de su recorrido. En el Parque Nacional de Tongariro se han realizado algunas localizaciones del "Señor De Los Anillos" al igual que en otros muchos lugares de Nueva Zelanda por lo impresionante de su naturaleza. Una vez informados sobre el crossing dimos una vuelta por los alrededores de Taupo hasta el río Waikatao y sus Muka Falls. Aquí el río se estrecha en una zona rocosa formando rápidos y cascadas con una fuerza terrible, tomando el agua un azul cristalino sorprendente. El resto del día lo perdimos en internet, supermercados y en el camino hasta el Parque Nacional de Tongariro, donde pasamos la noche en el parking del final del crossing.




Al día siguiente sorpresa!!!! Tenemos una fuga de agua en la caravana y el suelo esta empapado. Echamos la mañana al solecito y jugamos a ser aprendices de mecánicos de autocaravanas con una navaja multiusos, pero nada, sabemos un poco más de caravanas, pero la fuga la dejamos ahí. Hacemos las gestiones oportunas por teléfono, como la cosa es seria y estos hablan un ingles muy raro para mi perfecto ingles británico académico, me saco un comodín de la manga y les pregunto si no tienen un latino trabajando. Dicho y hecho, siempre hay uno, en este caso, un argentino que limpiaba las furgonetas, estaba dispuesto a ayudarnos en todo lo posible. Como la avería no era urgente, nos dieron unas direcciones para visitar en los próximos días sin que nos entorpeciera en nuestra ruta. El resto del día lo dedicamos a informarnos de un autobús que nos acercara y recogiera del crossing, enredando por una zona de esquí cercana y haciendo unas caminatas cortas a cascadas y bosques.














A las 6:00 de la mañana del día siguiente estábamos en pie con una helada terrible, dispuestos a afrontar el mítico crossing que prometía impresionantes paisajes. El día era despejado y precioso. Bien abrigados empezamos a subir por una zona volcánica parecida a las cañadas del Teide (para mi más bonitas las cañadas). Continuamente teníamos a la vista el volcán Ngauruhoe Summit con sus laderas de distintos tonos pasteles y a lo lejos impresionaba ver otro volcán nevado que salía del medio de la línea del horizonte. Luego cruzamos la boca de un crater y subimos una fuerte y peligrosa ladera hasta el Crater Rojo, donde sus tonos marrones rojizos eran preciosos. Desde la cima se divisaba la fotografía del "Tongariro Crossing", las Lagunas Esmeraldas y al fondo el Lago Azul, que bonitas vistas de un paraje diferente y nuevo para nosotros. Descendemos tranquilamente hasta las Lagunas Esmeraldas, continuamos subiendo hasta el Lago Azul y un poco mas tarde, comenzaríamos el descenso, apreciando el Lago Rotuaria de fondo, primero por una zona árida de geiser y luego por un frondoso bosque con riachuelos. Tras 7 horas, llegamos al punto de recogida con las rodillas un poco doloridas por el descenso, pero completamente satisfechos con el "Tongariro Crossing" y la cantidad de paisajes que nos había ofrecido. Ponemos rumbo a Taihape en busca de un taller.














Los siguientes días los dedicamos a intentar solucionar la fuga de la autocaravana y prácticamente dimos por terminadas las visitas en la Isla Norte. En Taihape un señor muy amable, nada pudo hacer por arreglar la fuga, pues no era un problema mecánico, y nos remitió a otra dirección en Wellington. Allí, esta vez, un mecánico con mas labia que buenas intenciones, nos anduvo mareando y haciendo perder el tiempo ante el marrón que no quería coger. Ya cansado volví a tirar del comodín "latino" y esta vez un chileno, que tenían por allí, nos ofreció un cambio de furgoneta en Picton, puerto de la Isla Sur donde llega el ferry. Entre todo esto, nos dio tiempo a visitar Wellington con sus museos, ciudad bonita e interesante, y a hacer una escapada por sus alrededores, hasta una vía verde y un parque natural, antes de coger el ferry que nos llevaría a la Isla Sur, que bonita!!! De regreso al ferry, media hora antes de embarcar, también nos daría tiempo a incrustar un clavo en la rueda delantera, pero como no perdía aire, lentamente y por la cuneta con la doble intermitencia, llegaríamos hasta el embarque, para darle emoción al viaje.