martes, 5 de agosto de 2008

21.- Nueva Zelanda, yo soy la isla norte.

Nuestro paso por Nueva Zelanda en autocaravana junto con la barrera del idioma y lo despoblado de estas tierras nos ha dejado una impresión de como si la hubiéramos sobrevolado en globo, como si fuéramos en una burbuja que nos impidiera sentir el tacto de su gente, de los kiwis. Así que tipo el "Tío Matt" de los Fraguel Rock cuando salió al aborigen del mundo exterior, hemos sacado unas impresiones de este país que no sabemos si se acercan al 100% a su realidad, pero no obstante a continuación os las vamos a relatar.


Los neozelandeses tienen un problema con los Possum.



De una manera misteriosa, en comparación con el despliegue de medios a que nos tienen acostumbrado en estas tierras, todos los puentes de las carreteras, que son muchos, son de un solo carril. Quizá la probabilidad de que se crucen 2 coches en uno es mínima, debido al elevado numero de kilómetros de carretera por habitante, y de ser este el motivo, nosotros somos la excepción que confirma la regla y nos hemos salido de lleno de la "Campana de Gauss", siempre "Give way".



Intuimos que los neozelandeses son muy vagos a la hora de ir al supermercado, les pilla lejos de casa o forman familias numerosas, pues el jamón york al igual que el queso de barra se vende en kilos, las salchichas en bolsas, el zumo en botellas de 5 litros, las cervezas en paquetes de 18 latas,... que faena!!!



Aquí la naturaleza lo es absolutamente todo, lo absorbe todo. En nuestro paso por aquí nos hemos sentido como una hormiguita en medio del desierto y eso que solo hemos visto el hall de lo que muestra ser.



Yo como experto acreditado en lagos naturales (glaciares), os diré que cualquier referencia que traigas a estas tierras sobre ellos se queda obsoleta y ridícula, aunque me cueste reconocerlo.



Puedo asegurar que en estos bosques completamente verdes, llenos de musgo y vegetación, existen elfos, hadas y duendes aunque aún no los haya visto. Nunca pensé poder estar en un bosque de cuento, existen!!!



El nivel y la calidad de vida aquí parecen altísimos, inconcebibles para nosotros. Todo el mundo parece disfrutar de mucho ocio y de la naturaleza.



Por el contrario decir, que aquí la vida parece un tanto ‘aburrida’. Le falta el contacto de tú a tú, la convivencia y la alegría. Un chico español de 15 años se moriría del asco, mucha naturaleza y ocio pero no solo de pan vive el hombre, y las mujeres? y los colegas?... (quizá esta impresión puede estar un poco afectada por ser invierno).



En cualquier ‘walk’, ‘track’, ‘trekking’ o ‘crossing’ de minutos, horas o días, encontraras mas facilidades que en un paseo por el Retiro. Estés donde estés, en la ciudad o alejado horas de la civilización, siempre encontraras un ‘toilet’ limpito y con papel higiénico del suave (ni que decir tiene, que gratis). En la naturaleza, antes de que te entren ganas de hacer cualquier tipo de necesidad te encontraras un buen baño para ello. Y en las ciudades, te encontrarás en las calles una especie de ascensor/nave espacial todo robotizado que te dispensará todo lo que necesites con tal de aproximar la mano y te amenizara tu estancia con música relajante, perfumes, climatización (calefactor para que no se te quede frío el culete) y flores, eso si, procura no tardar mas de 10 minutos.



Los neozelandeses saben cuantificar el tiempo que se invierte en las caminatas por el monte. Al contrario de lo fanfarrones que somos en España (siempre decimos que tardamos menos de lo que realmente lleva) y de lo impreciso de los latinoamericanos (que no tienen noción de él), en Nueva Zelanda cuando dicen que se tarda 20 minutos en hacer algo, se tarda 20 minutos o menos en hacerlo con su retorno y sus correspondientes paraditas para fotos.



Aquí todo el mundo posee cuanto menos una autocaravana. Este país esta pensado para disfrutarlo en caravana, te encontrarás todo tipo de comodidades y facilidades para ello. Bueno en verdad esta pensado para que disfrutes de todo. Casi todo el mundo posee un bote, un 4x4, un coche clásico o una moto pintona. Hay actividades de ocio, riesgo y aventura de todo tipo, se puede hacer todo lo que se te pase por la mente, ‘rafting’, ‘puenting’, ‘parapenting’,... son cosas menores en este pais. Todo se puede hacer.



Las condiciones laborales no son peores. Los pastores pastorean en Quads y a los perros los llevan en remolques para que solo trabajen cuando sea necesario.



En cambio la mayoría de las casas no son gran cosa (por fuera), son semiprefabricadas, modulares. Aquí un monumento histórico de interés turístico es una casa de 100 años de piedra o ladrillo.



100.000.000 de ovejas, 40.000.000 de vacas y 4.000.000 de neozelandeses. Aquí gobierna una minoría. Habrán visto rebelión en la granja?



Que cívicos los neozelandeses. En el supermercado, el mejor carril de los cajeros es para que te auto-cobres tú la compra. Que buena gente los del D.O.C. (Departamento para la Conservación de la Naturaleza), ellos se encargan de todo lo que engloba la naturaleza y te dan todo tipo de facilidades para que la disfrutes. En los campings dejan un buzón para que abones tú estancia voluntariamente.



Aunque la existencia de estas tierras es conocida desde hace mucho, no es hasta la llegada del Capitán James Cook en 1769 cuando se condujo a la colonización de Nueva Zelanda por parte de la corona británica. A partir de aquí le pusieron nombre absurdo a todo por el ansia de poseer (o quizá egocentrismo, quien sabe?), Arthur’s Pass, Nelson Lake, Mount Cook,... Más o menos viene a ser como si al Puerto Pajares le hubiesen puesto el nombre Andrés y Esteso una vez que pasaron por allí camino de una gira asturiana.



Los aborígenes Maoríes son unos tipos enormes, 2x2, tanto hombres como mujeres. Suelen tener la cara tatuada con motivos tribales, algunos completamente, y resultan un tanto feos o cuanto menos impresionan.



En 1840 los zugutus maoríes firmaron el tratado de Waitangi, un acuerdo con la corona británica que en la actualidad se considera documento fundacional de la nación. Por él se permitía a los británicos estar en las tierras y gobernar Nueva Zelanda, mientras los maoríes conservaban el control de sus tierras y recursos.



En la actualidad, pese a que no siempre se le han respetado los derechos de las tierras, los maoríes parecen integrados y acomodados en esta Nueva Zelanda de ‘todo calidad’ y los últimos años están siendo testigos de un renacimiento ‘maori’ y su cultura, tomando la sociedad consciencia de su condición particular de ‘pueblo de la tierra’.



En 1989 fue el primer país del mundo en declararse libre de actividades nucleares, toma ya!!!!!!



Y que es un possum?. Es una especie de conejo, mapache, gato, ardilla gigante,... yo que se!. El caso es que alguien lo trajo hace años de Australia y los introdujo en Nueva Zelanda y debido a la ausencia de depredadores naturales en estas islas (aquí los kiwis, pájaros, no necesitan alas para escapar), se les están llenando los bosques de ellos. Son feos y torpes, por la noche invaden todo y las carreteras están llenas de ellos aplastados, al igual que en España los mosquitos contra el parabrisas. El DOC tiene carteles informativos en todos los sitios sobre los daños que esta causando la plaga, dicen que van a acabar con los bosques, tienen una campaña muy fuerte y los bosques están minados de trampas para ellos.









Nos dejamos caer por Auckland sin tener absolutamente nada mirado o preparado para no variar, pero esta vez algo más justificado por lo incierto del destino hasta ultima hora. Pero no pasaba nada, teníamos las herramientas necesarias para afrontar los próximos días, improvisación, mucha, los útiles y concretos consejos de Mireia y Asier, el equipo avanzadilla (con los que pasamos Noche Buena y Navidad en Costa Rica), y el interesante blog con prácticos consejos de Asiasido, que impreso en mano sustituiría al ladrillo de la Lonely Planet. Muchas gracias chicos!!!!!




Al contrario de lo que presuponíamos los tramites en emigración resultaros ser simples y escasos, y la gente amable y servicial. En el aeropuerto nos dejo locos una chica de i-Site (que es una especie de oficina de información y turismo y agencia de viajes), a la que le explicamos mermadamente nuestras intenciones en Nueva Zelanda y pese a las múltiples complicaciones que se encontró, en unas horas nos tenía todo resuelto, autocaravana a full equip, hostel en Auckland y autobús público hasta la puerta, todo muy económico. La chica lo dio todo, cada complicación que le surgía: "Oh my God!, oh my God!", pero no desistía y al final sin que nosotros moviéramos un dedo nos solucionó absolutamente todo y encima a la carta. Vamos que a esa chica ya la quisiera yo para una empresa mía, y además higiénica, pues la autocaravana tenía que ser con ducha y no paró hasta que lo consiguió.




Así que, mientras esperábamos a la caravana para el día siguiente, le tomamos el pulso a esta nueva situación y visitamos Auckland, una ciudad interesante pero no para entretenerse mas de un día en nuestro caso. A primera hora de la mañana siguiente nos recoge en el hotel un tipo de la agencia de alquiler y nos lleva a por la autocaravana. Esta vez nos resultó un poco mas costoso cerrar todo el tema del contrato y seguros, pero a la chica no le falto paciencia y voluntad.




Misteriosamente resultó más fácil de lo pensado adaptarse a un coche grande, conducir por la izquierda y a nuevas señales de tráfico, pues variaban ligeramente. Pero sin problemas nos adentramos en un centro comercial, cargamos hasta las trancas la furgoneta y escapamos hacia esa Nueva Zelanda de naturaleza que tanto ansiabamos. Por el afán de querer verlo todo pusimos rumbo a Cape Reinga (Cabo Norte) por la costa este y empezamos a disfrutar de paisajes de montanas verdes cargadas de ganado. Después de un largo y duro día, y en vista de que se nos echaba la noche, decidimos parar en un camping de Waipu a pasarla. Esta noche improvisadamente hicimos un Master forzado sobre el funcionamiento interno de caravanas, debido a nuestra ignorancia absoluta sobre este mundo,"Como funciona esto?", "Y lo otro?", "Que pasa con el gas?", "y el agua?", "Y la electricidad?", "Oye!, que la taza del WC se llena pero no se vacía, je, je",… "Mierda, va a haber que leerse los manuales".




A la mañana siguiente, después de un gran desayuno y de abonar las tarifas del camping (escasos 10 euros), decidimos pasar a la clandestinidad, ya estábamos adiestrados para manejar esta nueva situación. A partir de ese momento nos retiraríamos a caminos secundarios, bosques profundos, bahías poco frecuentadas y playas ocultas, y cuando por algún motivo retornábamos a los campings o la civilización, rápidamente los abandonábamos sin dejar rastro de nuestro paso por ellos. Pusimos rumbo por la costa este, esta vez ya empezamos a disfrutar de múltiples paradas por sus innumerables bahías y retorcidas penínsulas, y de carreteras entre montañas cargadas de ganado, paisajes muy relajantes y bonitos. Vimos una costa cargada de embarcaciones de ocio ideales para disfrutar de sus preciosas bahías. Como era invierno por esos lares, se nos echó la noche enseguida pues el día es muy corto, y nos adentramos en la península de Karikari a pasarla. Aquí nos dimos cuenta de lo maravilloso que es el mundo de la autocaravana, uno decide con que paisaje acostarse y levantarse, y esta vez como otras muchas en el futuro, con una preciosa playa de fondo en la bahía de Matai.




A la mañana siguiente, rápidamente y con muchas ganas, hacia Cape Reinga a lo largo de la playa de 90 Millas, que en verdad no eran tantas. Nos desviamos para adentrarnos en una zona de dunas a hacer un poco el gamba, y sorpresa la nuestra, que al retornar a la autocaravana nos encontramos una pareja de españoles, alegría, charla, cervecita y hasta pronto!!! (estos llevaban 8 meses viajando en sentido opuesto al nuestro). En Cape Reinga aparcamos la furgo y andamos hasta el faro y desde allí continuamos con un trekking por el acantilado, descendiendo hasta la playa donde la marea nos impidió continuar (aquí el mar pega fuerte, pues se junta el Mar de Tasmania con el Océano Pacifico). Acampamos en la bahía de Topotopoto con vistas a una playa preciosa y tranquila. Antes de que se nos hiciera de noche dimos un paseo y recogimos unos bigaros para la cena de Ana.







A la mañana siguiente nos levantamos muy pronto, con ganas de disfrutar la playa antes de ponernos en ruta. Yo salí a correr a lo largo de la bahía mientras Ana hizo una intentona frustrada de baño, y de esta manera justificamos un buen desayuno con unas vistas aun mejores. Rápidamente nos ponemos en marcha, pues como siempre queremos hacer muchas cosas, recogemos a 2 alemanas que estaban acampadas en la playa para dejarlas posteriormente en las dunas (llevaban un año viajando por Nueva Zelanda). Después de enredar un poco por las playas y bosques de la playa de 90 Millas tiramos por la costa oeste hasta el Parque Waipoua Kauri donde llegamos de noche, pues perdimos el tiempo entre supermercados, tiendas y gasolineras.


El Parque de Waipoua Kauri es fundamentalmente un bosque de arboles Kauri que son muy importantes en la cultura Mauri, ya que los usan para hacer sus botes de una sola pieza debido a lo enormes y rectos que son sus troncos. A la mañana siguiente nos adentramos en el parque y recorrimos sus rincones, visitamos al abuelo del parque, subimos a miradores,… La verdad es que fue una mañana muy agradable por un bosque frondoso y peculiar, que estaba amenizado por el cantar de sus pájaros. Satisfechos, nos ponemos en marcha, pretendíamos darnos una pechada a kilómetros terrible hasta Rotorua, donde llegaríamos de noche. Como era viernes, las carreteras estaban repletas de gente ociosa dispuesta a pasar un buen fin de semana, mucho coche clásico, moto Harley Davidson y bote en el remolque.




Nuestro objetivo en Rotorua no era más que, por la condición de ser una ciudad grande, intentar conseguir un adaptador eléctrico para la autocaravana (de 12v a 220v) y de este modo poder cargar la cámara fotográfica y ser totalmente independientes (de los campings). Dicho y hecho, a la mañana siguiente ya nos habíamos hecho con el adaptador en una tienda de segunda mano. Ya que estábamos en la ciudad, aprovechamos para tomar contacto con la civilización, un poquito de internet (que es caro) y hacer las compras en el mercadillo de frutas y verduras del sábado. Esta zona esta llena de geiser, huele un poco a huevos podridos y en medio de la ciudad se puede ver salir los vapores en zonas ajardinadas. Ahora tocaba poner rumbo a Cabo Este por toda la costa, así somos de simples, de punta a punta. Ya atardeciendo, nos encontramos con una costa un poco más despoblada e íntima y en la bahía de Whanarua decidimos hacer noche.




Al día siguiente disfrutamos de paisajes costeros, según nos dirigíamos a Cabo Este. Allí tras atravesar una finca privada, subimos a un histórico faro. Mencionar que es curioso que en muchos "tracks" hay que atravesar fincas privadas, en la que un cartel te informa de ello y te pide solamente que respetes la intimidad de sus dueños, mientras que en otros lugares el oportunismo haría cobrar un peaje. Luego nos adentraríamos en carreteras serpenteantes de montañas con praderas verdes repletas de ganado (para no variar) hasta que volvimos a salir a la costa este. Al llegar la noche, tipo "Mad Max" empezamos a sufrir la ausencia de gasolineras en la zona, una vez resuelto (al limite), acampamos en la península Mahia para así poder explorarla al día siguiente.




Para no variar después de un gran desayuno, empezamos a enredar por los rincones de la península, con sorprendentes vistas a ambos lados de sus bahías, con acantilados blancos y playas negras, también echamos su tiempo por enormes praderas repletas de ovejas, infinitas. Después de todo esto, tocaba el interior, nos dirigimos al lago Waikaremoana en el Parque Nacional Te Urewera con intención de hacer un trekking en sus alrededores, pero muy a pesar nuestro, el tiempo no nos acompañó, la lluvia y la niebla nos quitaron las intenciones y nos privaron de apreciar los prometedores paisajes. No obstante, algo hicimos, llegamos hasta una bonita cascada y paseamos por la orilla del lago. Por larguísimas pistas de tierra, atravesamos el Parque del Bosque Whirinaki, terrible e inmenso bosque que nos llevó su tiempo cruzarlo, que bonito. Luego paramos a ver algún geiser más de camino y por fin llegamos a Taupo, agradable y acogedor pueblo a orillas del lago de mismo nombre, donde aparcamos la furgoneta para pasar la noche.







A primera hora de la mañana siguiente nos pusimos el chubasquero y dimos un paseo por la orilla del lago. Una vez bajado el desayuno, nos fuimos a la oficina de i-Site a informarnos de las condiciones meteorológicas del "Tongariro Crossing", que resultaron ser ideales para los próximos días. El "Tongariro Crossing" es una de las caminatas de un día (de 6 a 8 horas) mas bonitas que se pueden hacen en Nueva Zelanda (algunos dicen que en el mundo) ya que recoge paisajes muy diversos a lo largo de su recorrido. En el Parque Nacional de Tongariro se han realizado algunas localizaciones del "Señor De Los Anillos" al igual que en otros muchos lugares de Nueva Zelanda por lo impresionante de su naturaleza. Una vez informados sobre el crossing dimos una vuelta por los alrededores de Taupo hasta el río Waikatao y sus Muka Falls. Aquí el río se estrecha en una zona rocosa formando rápidos y cascadas con una fuerza terrible, tomando el agua un azul cristalino sorprendente. El resto del día lo perdimos en internet, supermercados y en el camino hasta el Parque Nacional de Tongariro, donde pasamos la noche en el parking del final del crossing.




Al día siguiente sorpresa!!!! Tenemos una fuga de agua en la caravana y el suelo esta empapado. Echamos la mañana al solecito y jugamos a ser aprendices de mecánicos de autocaravanas con una navaja multiusos, pero nada, sabemos un poco más de caravanas, pero la fuga la dejamos ahí. Hacemos las gestiones oportunas por teléfono, como la cosa es seria y estos hablan un ingles muy raro para mi perfecto ingles británico académico, me saco un comodín de la manga y les pregunto si no tienen un latino trabajando. Dicho y hecho, siempre hay uno, en este caso, un argentino que limpiaba las furgonetas, estaba dispuesto a ayudarnos en todo lo posible. Como la avería no era urgente, nos dieron unas direcciones para visitar en los próximos días sin que nos entorpeciera en nuestra ruta. El resto del día lo dedicamos a informarnos de un autobús que nos acercara y recogiera del crossing, enredando por una zona de esquí cercana y haciendo unas caminatas cortas a cascadas y bosques.














A las 6:00 de la mañana del día siguiente estábamos en pie con una helada terrible, dispuestos a afrontar el mítico crossing que prometía impresionantes paisajes. El día era despejado y precioso. Bien abrigados empezamos a subir por una zona volcánica parecida a las cañadas del Teide (para mi más bonitas las cañadas). Continuamente teníamos a la vista el volcán Ngauruhoe Summit con sus laderas de distintos tonos pasteles y a lo lejos impresionaba ver otro volcán nevado que salía del medio de la línea del horizonte. Luego cruzamos la boca de un crater y subimos una fuerte y peligrosa ladera hasta el Crater Rojo, donde sus tonos marrones rojizos eran preciosos. Desde la cima se divisaba la fotografía del "Tongariro Crossing", las Lagunas Esmeraldas y al fondo el Lago Azul, que bonitas vistas de un paraje diferente y nuevo para nosotros. Descendemos tranquilamente hasta las Lagunas Esmeraldas, continuamos subiendo hasta el Lago Azul y un poco mas tarde, comenzaríamos el descenso, apreciando el Lago Rotuaria de fondo, primero por una zona árida de geiser y luego por un frondoso bosque con riachuelos. Tras 7 horas, llegamos al punto de recogida con las rodillas un poco doloridas por el descenso, pero completamente satisfechos con el "Tongariro Crossing" y la cantidad de paisajes que nos había ofrecido. Ponemos rumbo a Taihape en busca de un taller.














Los siguientes días los dedicamos a intentar solucionar la fuga de la autocaravana y prácticamente dimos por terminadas las visitas en la Isla Norte. En Taihape un señor muy amable, nada pudo hacer por arreglar la fuga, pues no era un problema mecánico, y nos remitió a otra dirección en Wellington. Allí, esta vez, un mecánico con mas labia que buenas intenciones, nos anduvo mareando y haciendo perder el tiempo ante el marrón que no quería coger. Ya cansado volví a tirar del comodín "latino" y esta vez un chileno, que tenían por allí, nos ofreció un cambio de furgoneta en Picton, puerto de la Isla Sur donde llega el ferry. Entre todo esto, nos dio tiempo a visitar Wellington con sus museos, ciudad bonita e interesante, y a hacer una escapada por sus alrededores, hasta una vía verde y un parque natural, antes de coger el ferry que nos llevaría a la Isla Sur, que bonita!!! De regreso al ferry, media hora antes de embarcar, también nos daría tiempo a incrustar un clavo en la rueda delantera, pero como no perdía aire, lentamente y por la cuneta con la doble intermitencia, llegaríamos hasta el embarque, para darle emoción al viaje.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vale, vale... no me lo he leido todo, pero queria ser la primera en dejar comentario jejeje. ¿Como va lo de la moto? Estais muy guapos en las fotos (Ana, tu tambien jeje).
Madrid en agosto pues eso.... pero bueno, ya me queda poquito.
Besos para los tres....

Anónimo dijo...

Hombre, por fin vemos al Tio Matt con vosotros, ya sabía yo que andaba por ahí viajando.
Mola la espada Jedi de hielo, seguro q con ella ahuyentasteis toda clase de animales peligrosos.

Saludos y nos vemos.

Chema

Anónimo dijo...

que chachi! oscar me encanta la redacción y las fotos, Ana estas guapisima sobre todo en la foto de la casacada, me encantan tus jerseys de colores, el agua de los lagos sale de un color espectacula. En la foto del cartel de madera, pareces un guiñol! je,je. Te sale barbilla de comic!
Un beso.

Anónimo dijo...

BUENOS DIAS, TARDES O LO QUE SEA: LA VERDAD ES QUE ME HA GUSTADO MUCHO LA EXPOSICIÓN SOBRE NUEVA ZELANDA, Y SÓLO ME ENTRAN GANAS DE IR A CONOCERLO, ASÍ QUE YA LO ESTOY HABLANDO CON OTRO COLEGA QUE SIEMPRE HA TENIDO MUCHAS GANAS.
LO DE VIETNAM EN MOTO TAMBIÉN ME HUBIESE ATRAÍDO MUCHO, PERO CREO QUE MI HERMOSO PRINCIPITO NO BHUBIESE ESTADO PREPARADO PARA PEGAR TANTO TROTE.
IMPACIENTE DE VER EN EL BLOJJ QUE TAL OS FUÉ POR TAILANDIA Y CAMBOYA.

MIL BESOS Y QUE EL ESPIRITU DE LOS ANGELES DEL INFIERNO OS ACOMPAÑEN EN VUESTRAS RUTAS.

Anónimo dijo...

Fantásticos los paisajes de Nueva Zelanda, ya me gustaría visitarlo creo que por falta de voluntad y bastante miedo no lo haré nunca y digo miedo porque lo bonito es viajar como vosotros lo haceis.
Aunque deseamos veros de todo corazón aprovechad hasta el último minutos "merece la pena"
Besos