sábado, 15 de noviembre de 2008

29.- Laos, "Sabaidiiiiiii"




En la frontera para entrar en Laos, tuvimos la mala suerte de topar con un “polisman” corrupto y sinvergüenza, después de luchar cinco horas por nuestra dignidad, tuvimos que ceder, ya que estábamos dispuestos a pasar allí la noche luchando contra una injusticia y un claro abuso del poder, pero es muy duro para mí lo de pasar hambre, y con media botella de agua y unas galletitas saladas no íbamos a ninguna parte. Durante esas horas fuimos un grano en el culo para ellos, ojala se lo piensen dos veces la próxima vez que se quieran sacar un dinero extra.




La idea era llegar a Muang Khua, pero la carretera es de tierra y está en pésimas condiciones, barrizales y charcos que parecen lagunas, así que, ya anocheciendo, tan solo llegamos a Muang May, un modesto pueblecito que para nuestra sorpresa tenía un hotel, sin embargo lo de comer está mas difícil, en el único sitio que nos indican para comer solo hay una gran cazuela de arroz (con no muy buena pinta) y pinchitos morunos de murciélagos gigantes o eran ratas? No lo sé, no nos quedamos lo suficiente para averiguarlo, y fuimos a tomar una cerveza, caliente claro, que aquí solo hay electricidad desde las 18:00 hasta las 22:00. Desesperados, doloridos y hambrientos nos vamos al hotel a comer las galletitas saladas y a dormir para olvidar ese día.

Al día siguiente, sorpresa! La rueda está pinchada, y el único taller del pueblo está cerrado. La gente de aquí no parecen tan simpática y servicial como en Vietnam, aquí pasan todos de ayudarnos, nos parecen un poco huevones. Solo hay uno que es un poco mas espabilado y nos deja unas herramientas, mas tarde nos enteramos que no es de allí, que es chino, claro!
Desmontamos la rueda, cambiamos la cámara y nos damos cuenta que tenemos un radio roto, cuando creemos que es imposible conseguirlo, aparece el chino con uno, resulta que él también tenía una Minsk, él nos entendía!!!


Por fín en ruta (con una paliza terrible antes de salir), y la carretera que no mejora, muchos derrumbes, charcos, barrizales, me tengo que bajar de la moto cada poco, pasamos por varios poblados, pero la gente aquí me parece mas rancia, igual es timidez o que simplemente pasan de todo, después de casi tres horas, hemos conseguido avanzar 40 km, menudo record!.


Por el caminos nos hemos encontrado con varios ríos que atraviesan la carretera, con suerte algunos se cruzan por un endeble puente de caña y otros por medio de las agua, con valentía y decisión. Cuando hay puente, siempre hay un viejete o mujercilla, para cobrarte el uso de este, bueno!, si son ellos los que hacen el mantenimiento y consiguen que aquello funcione, pues se lo han ganado!


Al acercarnos a Muang Khua, sorpresa! desaparece la carretera principal en un río enorme (tipo Mekong) y no hay puente, tuvimos que subir a pulso la moto a un bote, y cruzarlo con Oscar encima de la moto, sujetándola fuertemente para que no se cayera, increíble!
Muang Khua se puede decir que es turístico (comparado con los pueblos por los que pasamos los días anteriores), con varias guesthouses y restaurantes con comida identificable. Lo primero es ir al banco, que no tenemos dinero, mas sorpresas! solo hay uno en todo el pueblo y hoy está cerrado, y no saben si mañana abrirá, que bien !!! Pues no tenemos dinero, ni para dormir, ni para comer, Agggg!!!! Después de mucho preguntar nos enteramos que en una tienda de TV's y DVD's, extraño para un sitio que tan solo tiene electricidad cuatro horas al día, ahora entiendo lo de las bandejas con velas en la habitación, al principio pensé que eran ofrendas, que panoli!!! Bueno, a lo que vamos, que resulta que en esta tienda cambian dólares, así que salvados, (de momento).




Al día siguiente nos vamos a Uodomxai, las carreteras llevaban 15 días cortadas, sin aparecer ningún autobús por allí, y nos dijeron que la única manera de garantizar llegar al destino, era en barco, pero nosotros tenemos una Minsk, que no es cualquier cosa, y no nos sobran 50 euros, que era lo que costaba ir en barco. Como la organización no tenía ningún planing extricto a seguir en los próximos días, tiramos pa'lante, que es de lo que se trata.

El trayecto igual de malo que los días anteriores, únicamente nos cruzamos en todo el día con alguna moto local, un grupo de ciclistas thailandeses algo desperdigado y un autobús atascado en el barro. Todo el trayecto muy bonito al lado del gran río, pasamos por varios poblados, muy auténticos, todas las casas de caña y la gente ya se empieza a animar a saludar, menos mal! A 25 km. de Uodomxai paramos en Muang La, visitamos un templo y parece ser, que aquí viene la gente a bañarse en los arroyos de agua caliente, que probablemente en un futuro cercanos se pondrá muy de moda (no sé, no sé).


Los últimos kilómetros muy bien, salvo que tuvimos que esterar un buen rato a que unas máquinas despejaran el camino de árboles caídos y mucha tierras, y encima nos llovió.


Uodomxai no tiene nada interesante, únicamente es una gran ciudad debido a que es el encuentro de las carreteras principales, un cruce de caminos. Allí dormimos y comimos bien, por fin teníamos internet y nos repararon la rueda de la moto, que de nuevo se había pinchado, menudo gafe!


Al día siguiente a Luang Nam Tha, por fin buena carretera (mas o menos) y sin trafico, de lujo para que yo conduzca y por fin consiga el carnet que me faltaba, el de "piloto" porque todos los demás ya los conseguí por el camino los de "copiloto", "planera", "mecánico", "manos sucias", "cunetera", "off road"...
Aquí me sorprende la cantidad de hombres haciendose cargo de los bebes, será que las mujeres son las que hacen el trabajo duro? increíbles verlas como cargan leña, el otro día vimos en una obra como una cuadrilla, toda de mujeres, descargaban y cargaban arena a toda leche, alucinante el aguante que tiene esta gente.


Luang Nam Tha es muy bonito, rodeado de arrozales, y aquí los cerdos no están gordos, están fofos! Con los dueños del hotel jugábamos al bádminton, pero se lo tomaban muy en serio y nos dejaban fundidos, uno del hotel se emocionó cuando se enteró de que éramos españoles, le gustaba mucho el fútbol y su ídolo era "Felnando Toles", cada vez que nos veía nos perseguía repitiendo una y otra vez "Toles, Toles, gud, gud", no os podéis imaginar lo cansinos que pueden llegar a ser.








En este pueblo descubrimos el kaoñiao (stiky rise, o sea, arroz pegajoso), que es como comer con miga de pan, y esto será la perdición de Oscar para el resto de los días en Laos.


De allí nos fuimos a Muang Sing, un pueblecito muy tranquilo, cerca de China. Con la moto vamos a reconocer los alrededores, y llegamos a aldeas donde no ha debido pasar nunca un turista, nos miran y observan desde lejos, no dicen nada, poco a poco se van acercando los niños, de repente aparece una viejecita desdentada con los ojos un poco idos, que nos hace señas para que vayamos a su cabaña a fumar opio, pero esto que es???, mas tarde nos enteramos que todos los alrededores son plantaciones de opio, ya decía yo, que por aquí la gente es muy tranquila y la mayoría están empanados! Esto es curioso, puede ser bonito, pero a mí me resulta un poco desolador. Saliendo de la aldea parecíamos el flautista de Hamelin, todos los niños del poblado nos seguían sin decir nada, hasta que nos dimos cuenta que era por la bolsa de chuches que habían localizado en la moto, y claro, tuvimos que parar a repartirlas, fue genial.


De vez en cuando te sonríe una viejecita que te da un susto tremendo, porque comen un fruto, que todavía no he averiguado como es, pero es rojo porque les queda la boca toda tintada y parecen que está ensangrentada, muy gore!
Allí nos alojamos en unos tranquilos bungalow y aprovechamos para cortar el pelo a Oscar y arreglarle las rastas, que a estas alturas hay poco que hacer, aunque él piense lo contrario, je, je. Por la noche tertulia con los vecinos, un griego y una australiana que habían trabajado en Tenerife y añoraban mucho el jamón, el queso manchego y el alvariño, a menudos se lo iban a decir!!!
También conocimos a un francés con familia Tailandesa con el que tuvimos buenas charlas.

Volvemos a Luang Nam Tha, vamos al mismo hotel de hace dos días y la mujer se pone muy contenta al vernos, será que quiere otra partida de bádminton? yo paso, que estos no se agotan nunca! esta vez, Oscar se queda jugando con los niños del hotel, les quiere hacer trucos de magia, pero le pillan el truco siempre, je, je, vuelve al cuarto todo frustrado, va a tener que practicar mas.
Salimos a dar un paseo y nos encontramos al francés con familia Tailandesa, que resultó que se quedó de fiesta con los lugareños tomando whisky de arroz (a nosotros por no hacer un feo, nos toco desayunarlo un día, muy heavy!) y ahora no sabe si va o viene, hoy no le entendemos nada, pero esta muy gracioso.









Al día siguiente de nuevo a Uodomxai, esta mañana mientras preparábamos la moto para irnos, ha venido la mujer del hotel con una bolsa llena de fruta, nos la ha preparado para que la comamos por el camino, que majeta! y como vió que yo arrancaba la moto, me ha regañado y me ha dejado bien claro que yo no conduzca, que yo solo de paquete, pues vale! Le haré caso a ver si me va a quitar la fruta, a todo esto, la mujer no habla nada de inglés, creo que al estar tanto tiempo sin trabajar, he coseguido desarrollar mis poderes telepáticos y ahora estoy preparada para tener conversaciones mentalmente, je, je


En Uodomxai salimos a dar un paseo por el mercado y comprar una pelota/pluma para poder seguir jugando al bádminton, que el otro día jugando con los asiaticos, se lo tomaban tan en serio y le daban tan fuerte que se la cargaron, y menos mal, porque fué la única manera de parar de jugar.


Por el camino paramos a charlar con una pareja de Lituanos que van en bici (Oscar ya les había visto en el pueblo anterior) y resulta que avanzan lo mismo que nosotros en moto, que fuerte!!!Seguimos en ruta y el camino vuelve a empeorar, muchos baches y vuelven las zonas de barro, en una de estas, con la moto practicamente parada nos caemos y se vuelve a romper la maneta de embragar, que bien!!! Hoy a primera hora nos encontramos con la pareja de Lituanos y a última hora hemos conocido a otra pareja que va en bici, él de Canada y ella de Nueva Zelanda, estos con bicis chungas de alquiler y avanzan al día mas que nosotros, pero que pasa aquí???



Llegamos a Nong Khiaw y nos alojamos en un bungalow bastante cutre, pero al lado del río con vistas muy bonitas. Vamos a visitar una cueva que era utilizada de escondite durante la guerra de Indochina, y luego a Oscar se le ocurre coger un caminito alternativo, para ver que hay por ahí, y encontramos un árbol con toronjas (pomelos) cogemos uno y nos vamos tan contentos, al salir del camino una mujer nos dice no sé qué de los bichitos, yo le digo que no hay problemas con los mosquitos, leches!!!, ella nos está hablando de pequeñas sanguijuelas (o algo parecido) y tenemos los pantalones y las botas llenos de ellos, y Oscar en pantalon corto, ahhhh! Hay un poco de tensión al principio, pero lo superamos heroicamente (o histéricamente) y horas después seguíamos encontrándonos alguna alimentandose. Por cierto, el pomelo estaba malísimo.
A la mañana siguiente nos vamos a dar una vuelta para desayunar por la calle; dos pinchitos morunos de cerdo con kaoñiao, seis platanitos y zumo de naranja. Ya estamos preparados para llegar a Luang Prabang.


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Luang Prabang es una ciudad Colonial muy bonita, llena de templos y jovenes monjes, rodeada por un río y muy turistica. Una vez hospedados yo me voy a descansar y mientrar Oscar hace un buena puesta a punto de la moto que hoy no funciona ni el pito ni las luces y tenía todas las tuercas sueltas y a última hora sonaba aquello a cortacespez. Allí se nos acercó una irlandesa, que tambien esta de viaje con una Minsk, asi que intercambiamos batallitas y nos dice que hay otro español por ahi en moto, le habra puesto la banderita??? Al anochecer alucinamos!, menuda fiesta hay en las calles, un desfile de carrozas, bueno, todo eran barcos de papel iluminados con velas, mucho colorido, música, tracas, fuegos artificiales, nos unimos a la multitud, que se dirigian a un templo, allí jovenes monjes tocando el tambor y tirando cohetes, luego bajan los barcos al rio y los sueltan, junto con cientos de centros de flores con velas, es todo muy bonito, impresionante! compramos un tubo que tira cohetes y me lo paso pipa! La fiesta va para largo y no faltan los asiaticos que van todo tupis bailando y dando tumbos, muy graciosos, una cosa de admirar de esta gente, es que saben emborracharse, no molestan ni generan problemas.















En Luang Prabang pasamos varios días, trasteando con la moto por los alrededores, visitamos varios templos, un antiguo palacio y pasamos mucho tiempo en el mercado callejero de comida, que es donde siempre mas disfrutamos, comiendo cacahuetes, pepinos, tajaditas, pinchitos y siempre probando algo nuevo.
Un día fuimos a Tat Kuangsi, a 30 km, es un parque natural donde hay unos simpaticos osos asiaticos, unas cascadas muy bonitas que nos sorprendieron, con pozas para bañarse e hicimos varios trekking’s.

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De Luang Prabang seguimos la ruta hacia el sur, por el camino, una vez mas, nos encontramos con los lituanos, que pareja mas majeta, siempre tienen una sonrisa en la cara.

Subimos un puerto muy bonito y todo el camino con unas vistas preciosas. Siempre vemos gente aseandose al lado de la carretera, cualquier caño de donde salga agua es un improvisado baño público, por donde va pasando todo el pueblo. A nosotros nos han venido genial para labarnos despues de las multiples reparaciones moteras.
A 50 Km de Kasi pinchamos, ya estaba tardando! Echamos de menos la eficacia vietnamita, pero lo solucionamos sin problemas. Mas tarde nos cae una trompa de agua increible, y a 10 km de Kasi hacemos una paradita para evacuar, se cae la moto y se rompe de nuevo la maneta del embrague, a duras penas conseguimos llegar a la ciudad, totalmente empapados, localizamos un taller donde pasamos las siguientes dos horas, que manazas ! Tenemos que comprar una maneta nueva, pero como no ajusta, primero la taladra (y Oscar que dice que no lo hagan), luego la sierra (y Oscar dice que no lo hagan), luego la liman (y Oscar dice que no lo hagan) y por último se la cargan (y Oscar con el ya te lo dije), a tomar por culo la maneta nueva !, el tipo se descojona, se larga y vuelve con ranas ??????
Al rato viene el hijo que es el que sabe y nos lo arregla, el otro debía ser el padre jubilado que le tenían sentadito aburrido y quiso jugar a mecanico con nosotros, ya le vale !

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Al día siguiente, el desayuno fue sopa de hiervas con fideos de arroz y trocitos de pollo, lo mas parecido a un consome que he comido este año, y Oscar un pomelo con kaoñiao, que a estas alturas esta enganchadísimo.

Este día la ruta tambien es muy bonita, plantaciones de arroz a los lados de la carretera, montañas verticales, selva y un río de agua (casi) cristalina, esto si que es raro por estas tierras, lo normal son los ríos color ocre.

Llegamos a Vang Vieng, una gran calle llena de guesthouses, restaurantes, internet’s y vemos mas occidentales que orientales, pero donde carajos estamos? Esto es como Las Vegas en medio del desierto.
Con la moto nos vamos a dar una vuelta por los alrededores, que parece ser que hay cuevas muy chulas y buenos trekking, sin querer llegamos al río, allí nos quedamos con la boca abierta de lo que encontramos, aquello es como un gran parque acuatico, lo típico es hacer tubing, vamos, tirarte al rio con un neumatico, y a lo largo de este hay un montón de bares que te van pescando, y allí grandes infraestructuras para hacer grandes saltos, tirolinas, toboganes gigantes y la música disco a tope, aquello es una locura! Nos aterra y nos largamos, mas tarde nos enteramos que muchos salen escayolados, lógico !!

Pensabamos pasar varios días, pero visto lo visto, decidimos largarnos al día siguiente a Vientiane. Aunque Vang Vieng no nos ha gustado, todos su alrededores son preciosos y un día mas, disfrutamos de unos maravillosos paisajes. A mitad del camino paramos para hacer un descanso y allí nos invitaron a un arroz con coco y trozos de yuca (eso creemos) metido en una caña de bambú que nos encanto y en los próximos días lo buscariamos como locos.

Vientiane, a pesar de ser la capital de Laos, tan solo tiene 200.000 habitantes, asi que no nos agobió mucho.
Visitamos el Patuxai, un arco de triunfo al que puedes subir y disfrutar de una buenas vistas de la ciudad, la sorpresa es que dentro esta lleno de tiendas de souvenires.
Vamos a la oficina de turismo, a la oficina de emigracion, a la embajada de Thailandia, siempre con la misma pregunta, podemos pasar a Thailandia con la moto? parece ser que sí, pero no nos lo aseguran, pues vaya !



Por las noches vamos a cenar a orillas del río, que hay muchos puestos de pescado y carne a la brasa, esta todo riquísimo.

Fuimos a Xieng Khuan (Buddha Park) a 25 km, es un parque llenos de esculturas indues mezcladas con budas, muy chulas !




Una noche nos encontramos a la pareja de lituanos que van en bici, y nos quedamos con ellos tomando cervezas y charlando, que buen gente, despues de coincidir por la carretera durante tantos días, es como si les conocieramos de toda la vida, que filosofía de vida y de viajar, nos dejaron alucinando, lo primero para viajar, andando, luego en bici, luego en moto y finalmente si pueden en barco, je, je.
Visitamos Pha That Luang, es una estupa gigante dorada, considerada el mas importante monumento nacional de Laos, que es muy bonita de lejos, pero dentro no tiene nada, tambien visitamos el Lao National History Museum, que no nos emociono mucho, hay una parte de la prehistoria y luego de la guerra contra el imperialismo, muchas cosas comunistas, libros, fotos, esculturas de Lenin, la verdad que no nos enteramos muy bien, a estas alturas estamos agotados de leer cartelitos en ingles y preferimos inventarnos las historias, que sería lo mismo que leer los cartelitos con nuestro nivel, je, je

La última noche allí, nos encontramos con una feria, con puestos de comida, chuches, ropa, chorradas varias, atracciones y hasta coches de choque, que divertido !!
Oscar se pone pesadito y terminamos montando en una mini montaña rusa, (ya nos vale !) y tirando a los dardos, ibamos a ver si conseguiamos la litrona de cerveza (como en las fiestas de Torrecaballeros) pero nos tuvimos que conformar con un zumo de piña.

Por fín, cruzamos el famoso puente friendship, que une Laos con Thailandia, mucho papeleo de una ventanilal a otra, hasta cuatro, y sin darnos cuenta ya estabamos de nuevo en Thailandia y con la moto !!!!


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si que dió de si Laos. A este paso no os vais a acordar de lo que significan las señales de tráfico, je je.
Una pregunta ¿como arreglais los pinchazos cuando estais en medio de la nada?
A ser buenos,
Chema y Pi

Anónimo dijo...

joder con la Minsk, va a resultar más fuerte que el vinagre. Si conseguís venderla, tenéis que sacar una pasta porque ojo lo que ha visto la jodía moto.
En la foto que estás de mecánico Óscar, la chavalería te está perdonando la vida, no? no intentaron quitartela después? porque joder, qué mirada, no me extraña que os hayan caido mejor los vietnamitas.
Como pais se ve que igual, no? Pues nada chavalis, aprovechar aprovechar y no volváis ahora mismo que esto tá fatar, mucho frio y mucha crisis, eso sí, este mes nos hartaremos de jamón y vino, que por algo es casi Navidad, asi que vusotros veréis. umm.. jamón, he dicho jamón? voy a por un cachejo, jeje.
Un abrazaco locos.