domingo, 20 de abril de 2008
viernes, 18 de abril de 2008
14.- ¿Un cumpleaños cualquiera?
Desde la oscuridad una voz “Ana, Ana,” (Ayer nos acostamos tarde y con un par de cervezas), entre sueños y ronquidos de fondo, no entiendo quien me llama, otra vez la voz “Ana, Ana, ¿quieres venir a ver amanecer?” no entiendo nada, ¿será Oscar? Que se ha vuelto muy romántico y me quiere sorprender en mi cumple? (imposible, estoy escuchando sus ronquidos), otra vez la voz, ahora escucho con claridad “Ana, Ana que si quieres ver amaneser”, Coño!, si es el guía! Que amanecer ni que leches, si lleva nublado tres días!
07:00 Ahora sí! Ogquitar me despierta, me felicita y me regala un anillo que se ha estado currando los últimos días, es de una semilla que cogió en la selva de Madidi. Si egqueeee….
08:00 Un buen desayuno. Que bien empieza el día!
09:00 Al bote! A pescar!. Navegando por el Yacuma me cantan el “Happy Birthday”, ya que el grupo lo formamos con 5 irlandeses y un ingles (y Oscar no se sabe la letra entera, je, je). Un grupo curioso, entre ellos se encuentra Nadal, Harry Potter y el último Mohicano.
09:45 Pesco la primera piraña.
10:00 Me muerde la segunda piraña que pesco, por gilipollas! ¿Quien me manda meterle el dedo en la boca?
11:20 Tras el fracaso colectivo, retornamos para el campamento, 7 pirañas en total y 5 las pesqué yo, je, je.
12:00 A comer!
12:15 Partida de cartas. Que gran día! Jugamos los 8 a SHITHEAD (“cabeza de mierda” o algo parecido) un juego muy divertido (tengo que escribir las reglas antes de que se me olviden).
12:30 Recogemos las mochilas y de vuelta, dos horas por el río, entre cocodrilos, anacondas, tortugas gigantes, monos, capibaras, delfines, pirañas y nos sobrevuelan todo tipo de aves, loros, águilas, garzas, patos…
Siempre en cada parada para estirar las piernas nos sorprendía algún animal, en esta última, un perezoso fue la gran sorpresa.
17:30 Llegamos a Rurrenabaque. Corriendo a internet a ver si pillo a alguien que me felicite con el horario español. Que guay! Un montón de felicitaciones de la familia y amigos. Nos ponemos al día, compramos el billete de bus para mañana volver a La Paz. Vamos al hotel, ducha, nos ponemos guapos (osea que solo nos duchamos je, je) y a la calle.
20:30 Cenamos en una terraza muy chula y entre los dos nos pimplamos entera una botella de vino boliviano que sabe a rayos.
22:30 Vamos al garito de moda “Mosquito” es para turistas, nada mas entrar me felicitan el cumpleaños, es un grupo de chicas con las que coincidimos en las pampas, muchas caras conocidas o por lo menos te suenan.
Allí nos juntamos con nuestro grupo anglófono, tomamos unas cervezas y mantenemos unas conversaciones de lo más divertidas en espanglish. Suena “la camisa negra” salgo con Oscar a bailar, un desastre, nos hemos vuelto mas patosos y se nos ha olvidado todo lo que aprendimos en Nicaragua.
23:59 Me piden un chupito que tengo que beber con dos pajitas mientras el vaso arde. ¿Estos tíos no se han enterado que les saco 10 años? No quiero ofenderles, así que "pa" dentro!. Luego más cervezas, más espanglish, Harry Potter resultó ser un gran cómico, muchas risas y a las 3:00 con el bar ya cerrando nos retiramos. Mañana será un día duro, 20 horas de bus a la Paz.
!!!SIN DUDA HOY HE TENIDO UN BUEN DIA!!!!
(Y Sí, si que os he echado de menos, je, je)
Besitos
sábado, 5 de abril de 2008
15.-Ecuador, un paseo por los Andes.
De la época colonial ha quedado, entre otras cosas, ciudades muy bonitas como Quito y Cuenca. Ecuador fue gobernado desde Perú primero y posteriormente se transfirió al virreinato de Colombia. A medida que empezó a formarse la clase media criolla, empezaron a surgir los primeros intentos independentistas, siendo en 1830, con la aparición del liberador venezolano Simón Bolívar (en el que se quiere reencarnar Chávez), cuando la independencia se convirtió en un hecho. Para no perder la tónica de estas tierras, los últimos 100 años han estado marcados por sucesivos golpes de estado, gobiernos militares, conflictos fronterizos, corrupción,… En la última década se tomó la impopular medida de dolarizar la economía muy a pesar del pueblo.
Se fue el Caribe, se fue el calor, la música y una parte de la alegría.
Un viaje en autobús, en el que Ana y yo partimos solos y según íbamos avanzando recogía gente hasta limites inesperados, nos llevo hasta Otavalo, ciudad interesante, con un popular mercado de artesanía y bonitos alrededores. Nuestra primera intención era hacer una parada técnica y avanzar rápidamente hacia Quito y hacia el Parque Nacional de Manzanilla (costa del Pacífico), pero el temporal que azotaba la costa, totalmente inundada, y los gratos consejos de un italiano y su mujer ecuatoriana, que regentaban el restaurante en el que desayunábamos, nos animó a reestructurar los planes y explorar mas detenidamente la belleza de estos valles andinos. Disfrutamos de paseos por el pueblo y alrededores y de la típica visita a una cascada situada a 20 minutos en la que después de 2 horas no conseguimos dar con ella, pero aun y todo el paisaje mereció mucho la pena.
Un viaje de los nuestros, de los que nos gustan, nos adentro hasta las piscinas termales de Nangulvi. Caminos de tierra (barro) por los que sabías por donde ibas pero no por donde continuarías, llenos de derrumbes, y en el que el factor tiempo es la variable por excelencia. Sorteamos algún derrumbe sin problemas y posteriormente nos encallamos, cosa fácil para estos conductores acostumbrados. Mas tarde, un derrumbe de árboles cortaba totalmente la pista, un vejete capataz, de los que iba sentado adelante, puso en marcha el operativo necesario para salvar el obstáculo a la voz de ya!. Yo, con el pecho por delante, no iba a ser menos frente a los veteranos lugareños, estaba el primero desforestando el camino cuando empiezo a apreciar que la cooperación y las fuerzas se iban diseminando, hasta que me quedo solo, panda de rajaos!!!, cuando se me acerca el vejete capataz y me comenta que los árboles que obstruyen el camino poseen una resina que provoca una urticaria terrible y me empieza a dar remedios chamanes. Pareciéndome un poco complicado lo que me contaba, me fui a un charco, me lavé como pude y hasta ahora, eso sí, la ropa que llevaba, a día de hoy aún posee las manchas de resina impregnada. Aquí no acabó todo, luego un autobús encallado cortaba el paso y hubo que esperar a que lo sacara un tractor, pero esta vez me quede sentadito en mi sitio jugando a las cartas con Anita.
Pese al viaje, mereció mucho la pena, disfrutamos en exclusividad de las piscinas termales (aunque las esperábamos mas rústicas) y de un precioso hospedaje a orillas de un río a pie de las
Como no mejoró el tiempo, ni que decir tiene que el viaje de vuelta lo realizamos por otro camino, puesto que el de ida estaba totalmente impracticable. Llegamos a Otavalo, llegamos al asfalto, y allí tras un tentempié nos subimos a otro autobús que nos llevara hasta Quito. Coño!!! Cruzamos el ecuador!, se volverán locos los relojes?, Se parara el autobús?, Que pasara con la aceleración de Coriolis?, Ya nunca mas, a este lado del hemisferio, tirar de la cadena después de una meada volverá a ser lo mismo? (lo siento mama si no lo entiendes, pero esto pasa por haberme pagado una carrera).
Nos hospedamos céntricamente es Quito, la verdad es que Quito es una ciudad muy bonita que nos dio mucho juego. El centro de la ciudad es precioso, muy buenas edificaciones coloniales, bonitas iglesias y plazas, muy agradable, con buena presencia y buenos servicios, en definitiva, se estaba muy cómodo. Los domingos hacen el centro peatonal, las calles se llenan de gente y bicicletas y hay actuaciones y conciertos en todas las plazas. La
Curioso fue que visitando el Panecillo (la típica colina que es mirador de la ciudad y en la que hay un angelito puesto) le pedimos a un hombre que nos echara una foto y no nos preguntéis como, pero a partir de ese momento tuvimos una especie de día dominguero en “familia”. Nos fuimos
Un autobús nos llevo a Riobamba con intención de dedicar unos días a explorar sus alrededores. Riobamba resultó ser una ciudad agradable que nos recordaba a cualquier pueblo grande de hace 20 años en España, sus comercios, su actividad, su gente,…Es mas, en la noche, cuando
Baños es un pueblo turístico que posee varias piscinas termales y un precioso valle por el que descargan 7 cascadas impresionantes. Es el típico pueblo que cada cierto tiempo sale en TV pues toca abandonarlo porque el volcán en activo se pone caprichoso. Así que ya sabíamos que teníamos que hacer, visitar el pueblo, las termales y a por el valle con sus cascadas. Primero visitamos el pueblo y en la noche fuimos a unas termales a pie de la montaña, de la que caía una cascada, aunque había mucha gente (lugareños) resultó una sensación agradable. A la salida, baldados, pues es así como te deja el cuerpo las termales (te sientes 10 veces mas pesado), fuimos a tomar la cerveza de turno a un ultramarinos. La paisana (dueña) nos contó toda su vida,
otras cosas como se fue a hacer las americas mientras su marido se la pegaba y se beneficiaba de sus ahorros (2 años trabajando intensamente de lunes a domingo, en varios curros), y como la última vez que hubo que evacuar el pueblo ella se quedó encomendada a Dios y una roca enorme tiró la casa de al lado.
Al día siguiente yo estaba como un niño con zapatos nuevos, alquilamos una Honda XR 250 (un juguete, que me perdonen mi infidelidad las Yamahas, pero no había otra cosa), que mono de moto!. Recorrimos todas las pistas que encontramos, Ana demostró de que saga viene, pues es una fuera pistas al mas estilo “cohetero”. La verdad que en plenos Andes
Cogimos un autobús que nos llevó a Ambatos y allí otro informal nos llevaría hasta Cuenca. El viaje fue eterno, las carreteras increíbles, típicas de cualquier presentación de Power Point, carreteras de tierra y barro a través de los Andes, a veces sobre un mar de nubes y otras en valles inmensos con precipicios de mas de 500 metros, era mejor no mirar.
Cuenca es una ciudad colonial y otra vez voy a decir que muy bonita, tiene ambiente y algunas cosillas que ver y hacer para demorar allí la estancia unos días. Visitamos la ciudad, sus monumentos, museos y algunas ruinas Incas (dentro de la ciudad). Sobre todo disfrutamos de un buen ambiente tranquilo y agradable de una ciudad que cuida los detalles.
Y decidimos decir adiós a Ecuador. Tomamos un bus que nos llevó hasta Machala, desde donde otro nos llevaría directamente a Tumbes (Perú), esta vez parando a hacer los trámites fronterizos.
La verdad es que los escasos 15 días que pasamos (cruzamos) en Ecuador nos han dejado un grato recuerdo. Pena que el temporal nos impidiera visitar la costa, de la que teníamos ganas. Nos da la impresión que es un país con una variedad terrible de culturas, modos de vida, regiones y que nosotros nos quedamos con una única visión escasa de este país, pero muy agradable.