
Mencionar que aquí coincidimos con una chica catalana que habíamos visto en Año Nuevo en Bocas de Toro (Panamá). Pequeño el mundo de los “mochileros”, 4 meses después, rutas distintas (ella venia desde Venezuela y Brasil) y coincidimos a miles de kilómetros. Esto en otro contesto seria una casualidad increíble, pero algo no tan raro en este tipo de viajes.Curioso fue que al comprar el boleto de vuelta en barco a Copacabana nos costo el doble que el de ida, que listos !!!! Allí un autobús nos llevaría directos a La Paz. La primera impresión que tuve de La Paz es de una ciudad poco interesante, pero poco a poco nos fue cautivando hasta el punto que prolongamos y prolongamos nuestra estancia en ella. La ciudad de La Paz es como un gran supermercado en el que puedes comprar de todo, el cual en vez de estar organizado en pasillos lo esta en calles. Absolutamente todo lo puedes comprar en la calle. Aquí todo el mundo trabaja, hasta las señoras mayores que mendigan, lo hacen con fuerte horario y desempeño. Todo el mundo vende algo, las mujeres indígenas (todas) con sus 2 largas trenzas y su indumentaria típica de múltiples faldas, sentadas en la acera a la par que venden cualquier cosa, tejen ropa y atienden a un
bebe que llevan
acoplado en sus espaldas. Algunas indumentarias son específicas dependiendo del trabajo que desempeñen. Si te cruzas con un limpiabotas en cualquier otra ciudad que no fuera La Paz saldrías corriendo pues sus pintas meten miedo, ropa militar, gorra con pasamontañas puesto que oculta la identidad y los hace, a simple vista, a todos iguales (parece que no van a hacer nada bueno). Los peluqueros tienen su calle, si quieres comer buen pan es mejor que lo compres en la esquina de la plaza San Francisco, donde se juntan media docena de vendedoras. Los zumos, los curanderos, la ropa, el suvenir, la comida para el desayuno, ... también tiene sus zonas.
Intentar cruzar una calle en La Paz es un problema. Que el trafico en estos países es caótico es sabido, pero lo de La Paz llega a ser incomprensible. En las zonas mas concurridas los coches colapsan algunas calles hasta el punto que no entra ni un alfiler entre ellos, cuando por fin encuentras uno que ha dejado algo mas de una cuarta y te diriges hacia él para intentar cruzar la calle, rápidamente cierra el espacio, sin importarle si hay gente en medio (esta parte aun no la he entendido, no se que pretenden los conductores). En La Paz HAY PAPELERAS y los cacahuetes los tuestan muy bien. En La Paz teníamos nuestras rutinas y siempre había algo que hacer. Un remendón (tipo mi madre) me apaño las botas, mochila, bolsas, pantalones, siempre encontraba algo para él. Todas las tardes echábamos unas partiditas a las maquinitas SEGA de Rallies por 5 céntimos de euro cada una. Encontramos chorizo del bueno y pan crujiente de leña, ya éramos felices. Nos equipamos con un poco de ropa de invierno para lo que nos esperaba. Frecuentábamos un exquisito menú de 3 platos mas postre por escasos 2 euros en una elegante cafetería-anticuario. Y éramos puntuales a las agradables tertulias de mochileros en el hostel al acabar el día.
Tomamos La Paz como campamento base e hicimos varias salidas de varios días. Tras un viaje en autobús infernal de 21 horas (421 Km) por caminos de tierra tremendamente bacheados, donde si inclinabas el supuesto asiento semicama tu cabeza botaba mas que una pelota de baloncesto, llegamos a Rurrenabaque. He hecho hincapié en lo tortuoso del viaje para despejar todo tipo de dudas sobre si nos ha tocado la lotería o hemos robado un banco, pues todo el mundo hace este viaje en avión, pero claro, esos 30 minutos a nosotros nos salen muy caros. Rurrenabaque es un pueblo en plena cuenca del Amazonas que se toma como punto de partida para explorar sus alrededores. Agradecimos volver al calor y dejar la fatigosa elevada altitud de La Paz, se notaba la alegría que da el buen clima y los espacios abiertos. Allí disfrutamos de
buenas rutas, comíamos bien (que rico el pescado), se escuchaba música y se bebía cerveza. Después de alquilar una moto por 2 euros la hora, explorar los alrededores y ver que la cosa no da para mucho mas por nuestra cuenta, decidimos apuntarnos a las excursiones típicas. Fuimos un par de días a la selva del Parque Nacional Madidi, famoso por su biodiversidad (que palabra tan bonita, de moda, que amplia, que será? ah, si lo es todo!). Disfrutamos de unos intensos paseos hasta prolongada la noche, pero como preveíamos, rápidamente nos dimos cuenta que solo quedaría en eso, en interesante paseo, pues íbamos como un elefante por una cacharrería y así era imposible ver al
ansiado jaguar, aunque algo vimos. La siguiente excursión fue de 3 días por un río en plena pampa. Tras un viaje en bote insufrible debido a un aguacero terrible, que más tarde agradeceríamos pues bajó las temperaturas y acabó con los mosquitos, llegamos al campamento sobre el río. La pampa fue otra historia, la naturaleza y la fauna en torno al río lo desbordaba todo, nunca pensé poder estar
en medio de tanto animal lejos de la cautividad, delfines, cocodrilos, anacondas, tortugas, monos, capibaras, águilas, guacamayos, garzas, pirañas,... que gozada!!! También disfrutamos de la compañía de unos divertidos y traviesos anglosajones. Por si aun dudáis de nuestra economía otras 21 horas (solitos, pues todo el mundo iba en avión) de tortura nos retornaron a La Paz.
Ana poco a poco le ha cogido gustillo a todo esto, hasta el punto que me parece que la voy a tener que empezar a frenar, pues ya no se conforma con cualquier cosa, esta vez se había empeñado en subir a el Huayna Potosí, 6.088 m.s.n.m. Después de unos días en La Paz, los justos para que me
que iba de capuchón en una procesión de Semana Santa de Segovia, con el paso lento, agarrada a la cuerda (nuestra seguridad) e incluso llego a oír los tambores cuando despertó. 5 horas después nos toco cruzar una grieta que a duras penas paso por mi vértigo y a la que continuaba una pala
Pusimos rumbo a Potosí, con intención de visitar una de las minas del Cerro Rico. Este cerro ya se explotaba antes de que llegaran los españoles por aquí, en tiempos de la colonia no paró de extraerse plata para la corona y en la actualidad se sigue explotando a un alto rendimiento. Ojo al "dato impreciso", dicen que si se juntara toda la plata que se ha extraído de aquí se podría construir con ella un puente que uniera Bolivia con España, de no me acuerdo que dimensiones. Una mañana para allá fuimos Ana y yo junto con 2 francesas, Eduardo el guía y su hijo pequeño el “abogado” (que es lo que quiere ser de mayor, no me extraña pues Potosí esta minado de ellos). Allí mascamos coca, hablamos con los mineros que la explotan en régimen de cooperativa,
trasteamos por los túneles, vimos trabajar en plena acción a los mineros, autenticas bestias, y en ese momento me di cuenta de lo bien que estaba yo en la Siemens. En Potosí vimos un museo de la moneda que nos gusto muchísimo porque estaba cargado de historia y allí prácticamente se había acuñado todo el dinero de la corona española que en un determinado momento mandaba en todo el mundo, los Reales. Allí hicimos nuevos amigos, Paula y Manolo que llevaban enredando 5 meses por aquí, con los que compartimos cervezas, tertulias y los próximos días.
Nos dirigimos hasta Uyuni para visitar el salar y todo su entorno en un tour de 3 días en 4x4 (pues de otro modo es imposible) junto con Paula, Manolo, y Sharon y Aryjan, una pareja holandesa muy simpáticos (que agradable es siempre la compañía de un holandés). El tour del Salar de Uyuni, que le da nombre a todo, concentra en un área relativamente pequeña, que se puede recorrer guiado entre 1 y 4 días (mucho coche), una diversidad de paisajes distintos y exclusivos verdaderamente impresionantes. Para empezar visitamos un curioso cementerio de trenes antes de adentrarnos en el inmenso salar (se hace difícil pensar que todo lo que te rodea es un enorme desierto de sal), visitamos la Isla del Pez, una montaña de cactus en medio del salar, y esperamos a su atardecer, lo mejor de todo, donde no puedes perder de observar ni un minuto, pues el colorido y el paisaje muta continuamente. Los dias siguientes continuamos con zonas volcánicas, lagunas de potasio y azufre, la laguna Hedionda, cruzamos desiertos, la laguna colorada, geyser, termales, el desierto de Salvador Dalí, la laguna verde, el valle de piedra,… vimos zorros, vicuñas, flamencos,.. Muchos kilómetros, pero muchas cosas bonitos que se amenizaban con la grata compañía que teníamos.
Contentos ponemos rumbo dirección Argentina, pasando por Atocha, un curioso pueblo minero en medio de un paisaje al mas puro estilo del salvaje oeste, y parando ha hacer noche en Tupiza, un pueblo agradable con preciosos alrededores. Y ya otro bus nos llevaría a Villazón, frontera con Argentina, pero eso ya es otra historia que reservo para Ana.
Decir que la variedad de opciones que ofrece Bolivia es impresionante, zonas exclusivas y paisajes extremos, del calor al frío, de la montaña al desierto, glaciares-selva, altiplano-pampas,… Pena que como decía Tom, un belga muy simpático, todo en Bolivia hay que hacerlo guiado, barato pero guiado. Se come bien a precios populares, la gente es agradable y es un destino mochilero por excelencia.
Como siempre nos gusta estar en el ajo, nuestra estancia allí coincidió con el polémico referéndum para la independencia de Santa Cruz. Bolivia tuvo (salida al) mar, el norte de Chile, gran extensión de la cuenca del Amazonas, la región de Mato Grosso en Brasil, y ahora que pasará con Santa Cruz? Ironias de la vida en Santa Cruz se encuentra el petróleo de Bolivia y la poca memoria y la volátil solidaridad hace olvidar que todas estas petroquímicas se montaron con el dinero que salió de Potosi, de donde ahora no quieren saber nada y se quieren independizar.
6 comentarios:
Joder colega, qué envidia. No pasa nada por no llegar a la cima del Potosí, la verdadera conquista es poder intentarlo. A estas alturas ya habéis vivido muchas más cosas en pocos meses, que yo en 36 años.
Los comentarios son estupendos, y las fotos muy buenas, pero imagino que por vuestras retinas han pasado multitud de imágenes indescriptibles. Tenéis que escribir un libro. Desde Pucela un abrazo. F.J. Para
Desierto, sal y nieve. Tres elementos incompatibles que habeis podido tocar practicamente a la vez. Que grande es el mundo y que distinto del asfalto. Como suelo decir, la verdad está ahí fuera. Incluso un tal Eladio estaría orgulloso también de vosotros.
Ánimo muchachos que viajamos todos.
Abrazos muchos abrazos.
Chema & π
El ascenso al Huayna Potosi es todo un reto, conozco poca gente que ha visto amanecer a 5800 m. podeis estar orgullosos.
Por lo demás, una vez más nos sorprendeis descubriendo un país lleno de contrastes, que parece muy interesante. Ya no se donde ir, haceis que todo destino resulte atractivo.
BESOS
Gelu, Elena, Ester y Javier
Recuerdo alguna charla nocturna..." No os podéis perder Bolivia" y ahora por un momento creo haber vuelto con vuestro relato...Sois unos campeones!!! Que envidia me dais. Este blog no ayuda en nada a mi integración y readaptación a este otro mundo!!
Ahh, afortunado tu Osquitar que te roban un día, a otros les roban media vida y no se enteran!!
Un besazo a los dos desde Málaga.
Arantza
impresionante
Cada sitio nuevo parece mejor que el anterior, y si esto sigue asi, donde acabais, en la Luna??
lo repito, impresionante...
Aventura al limite y os estais jugando la vida, entre otros motivos por: congelacion en altura, despeñarse con la bici, morir de sed en el desierto, comido por un cocodrilo....
Estamos con vosotros, desde Tres Cantos. Fernando y family
Hola monstruos, me tenéis enganchados y buscando vuelos, haciendo cuentas, viendo si es factible, que lo es por lo que veo y como se hace. En fin ese sueño dorado de muchos que para vosotros ya ha dejado de ser un sueño auqnue en realidad sé que seguís volando. Enhorabuena y un besote de aquel dc de la prusia... Ya sabéis, el que adoró ese país
PD habéis planteado terminar en Murcia como posibilidad? Tenéis chiringuito por supu
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